Pinturas rupestres Valonsadero
Origen mágico del arte prehistórico en Valonsadero
Louis Cattiax en su obra Reflexiones sobre la física y la metafísica de la pintura (1946) considera que el arte prehistórico es mágico y tales reflexiones podemos aplicarlas a las pinturas esquemáticas del monte Valonsadero y su entorno inmediato:
“El origen del arte no es el resultado de una necesidad estética, como generalmente se cree, sino de una necesidad de dominación mágica. En su origen, la propia música, el canto y la danza fueron los soportes del pensamiento mágico, que se concilia con el mundo hostil o lo domina.
Así, todas las artes tienen su origen en la primera obligación del hombre encarnado: la de defenderse en los tres planos del mundo creado [físico, psíquico, celeste]. Sólo después de acabado el rito se ha podido tomar conciencia de la gratuidad del arte por el juego de formas, sonidos, colores y movimientos, y elevar su magia hasta intentar comulgar, por medio de ella, con la gran alma del mundo a la que los hombres llaman Dios”.
Asimismo recuerda que “el abate Breuil, el poeta Ruskin, Frazer, Elie Faure y otros han reconocido el origen mágico del arte”. Como igualmente lo hiciera el pionero historiador de religiones comparadas Salomon Reinach, al vincular los orígenes del arte con la magia y el rito (en su obra L ́art et la magie (1903) defiende la idea de que el impulso principal del arte prehistórico estuvo ligado al desarrollo de la magia).
A su vez el historiador del arte Wilhelm Worringer, en su libro Abstracción y naturaleza del arte (1908) expone que el esquematismo y estilización del arte primitivo prehistórico se debe a una reacción psicológica humana ante las indomable fuerzas de la Naturaleza y la angustia ante lo incompresible que le resultaba la vida y su habitat inmediato. Al sentirse tan contingente y débil el hombre primitivo creador afronta tal situación mediante la abstracción en sus manifestaciones artísticas que otorgan un orden protector a su psiquismo frente a la hostilidad del mundo exterior que percibe como caótico. “No es el impulso de la imitación de una realidad objetiva lo que le lleva a crear, sino la necesidad de refugiarse más allá del mundo representacional”, resume Amador Vega.
Y algo parecido vino a decir el antropólogo Levi-Strauss, y así lo resume Isabel Jaidar: “Como señala Levi-Strauss, el hombre primitivo tiene la gran necesidad de establecer un orden y una clasificación de todo lo que le rodea. Esta necesidad de orden se encuentra en la base de todo pensamiento, pero en su origen se manifiesta en el pensamiento mágico y en el arte prehistórico; en este último podemos ver claramente la expresión metafórica del pensamiento mágico..”
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