Alfonso I rey de Soria
El Más Allá en Soria: El sepulcro del Batallador y el arcosolio polibulado de la concatedral de Soria
Una tipología arquitectónico-escultural común encontramos entre el sepulcro oscense del Batallador y el arcosolio de la panda oriental de la portada de la antigua Sala Capitular -hoy Capilla de San Saturio- de la concatedral de San Pedro de Soria: arquillos polibulados sustentados por doce columnillas. Tipología que se adscribe al simbolismo de la dicha beatífica en la ultratumba de los justos y la funcionalidad funeraria otorgada en la Edad Media a los arcos polibulados y a la plasmación arquitectónico-escultural del número doce.
Además del sepulcro románico de Alfonso I el Batallador en el castillo-abadía de Montearagón que centraba nuestro artículo anterior en Elige Soria, y del arcosolio de San Pedro de Soria en el que nos vamos a centrar en esta ocasión, podemos citar por cercanía como ejemplos del carácter funerario -y por lo tanto vinculado al simbolismo escatológico- los arcosolios polibulados de la capilla funeraria de la Asunción en el monasterio burgalés de Las Huelgas, de la mal denominada “Tumba de Mudarra” en la catedral de Burgos y de los diversos arcosolios polibulados ya góticos de diversas capillas de la citada catedral burgalesa.
El arcosolio polibulado del claustro de San Pedro de Soria
Se encuentra nuestro arcosolio polibulado en el muro de la panda oriental del claustro románico de la concatedral de San Pedro de Soria, a continuación de las portada de la antigua Sala Capitular.
Así lo describe Juan Antonio Gaya Nuño: “Después de estos tres huecos [de la portada de la Sala Capitular] puede verse abierto en el muro un precioso lucillo u osario de 1,27 metros de profundidad, cubierto con bovedilla lobulada sobre moldura de hojas rizadas, bajo la cual seis semicolumnitas a cada lado (cinco dentro y una exterior), encapiteladas, como los espacios intermedios, sostienen las dovelas. Dos arquivoltas, una de puntas de diamante y otra como la citada de hojas, Cierra esta delicada miniatura románica, que ostenta en su fondo una cruz florenzada”.
Y tanto en el tercer tomo dedicado a Soria en la Enciclopedia del Románico de Castilla y León como en su monografía “El arte románico en la ciudad de Soria” (que usa el mismo texto de la susodicha Enciclopedia…”), Jaime Nuño González comenta redacta la siguiente descripción: “Al lado izquierdo de la entrada al capítulo aparece un reducido arcosolio que se reutilizó como osario en cuyo profundo frente surge una cruz florenzada y perlada provista de pie (muy semejante a las de altar), está cubierto con una bovedilla lobulada que apoya sobre cinco columnillas a cada lado y dos al frente. Los cimacios son de toscas flores de aro y los corridos capiteles vegetales soportan un arco polilobulado enmarcado por una arquivolta ornada con puntas de diamante y una chambrana de hojas de aro”.
Sepulcro del Batallador y arcosolio polibulado soriano: similitudes tipológicas
Es clara la similitud formal arquitectónico-escultural entre el sepulcro del Batallador y este arcosolio soriano: arquillos polibulados, doce columnillas en dos tandas afrontadas, rosetas de seis pétalos en el sepulcro del primer rey de Soria y una de ocho pétalos en el centro de la rosacruz del arcosolio sampedrano soriano…
Simbolismo escatológico
El simbolismo escatológico medieval de los arcos polibulados es de origen islámico y, en lo que respecta al románico soriano, ha sido estudiado y argumentado por Inés Monteira en su Tesina de Doctorado en Mayo de 2004, en el Departamento de Hª del Arte Medieval de la Facultad de Geografía e Historia, Universidad Complutense de Madrid, plasmada posteriormente en el libro “La influencia islámica en la escultura románica de Soria: una nueva vía para el estudio de la iconografía en el románico” (2005). A esta tesina doctoral remito a quienes quieran saber más, y en profundidad, sobre dicho simbolismo escatológico.
Anteriores historiadores de arte ya habían reconocido este origen islámico para los arcos polibulados, marcando su punto de salida andalusí en la ampliación de la mezquita de Córdoba promovida por al-Hakam II a mediados del siglo X. Alarifes musulmanes y mudéjares los expandieron por el territorio peninsular y también por Italia y Francia, plasmándolo en sepulcros, portadas, ventanas…
El Batallador, conquistador de un amplísimo territorio en manos islámicas, y que trajo de Al Andalus miles de mudéjares para repoblar tales territorios, incluida buena parte de la provincia de Soria, pudo ver esta tipología islámica del arco polibulado en diversos enclaves, entre los que destacaremos la Aljafería de Zaragoza (que conquistó en diciembre de 1118, unos meses antes de que poblara-fundara Soria), o en Tudela (mucho más próxima a Soria y conquistada en 1119, donde aún subsisten arcos lobulados en una pila de abluciones y en un frangmento de un arco de cinco arquillos.
Nosotros mismos hemos seguido la ruta de las portadas polibuladas navarras de Puente la Reina, Estella y Cirauqui (“Claves masónicas de los maestros constructores. De Córdoba al Camino de Santiago Navarro“, 2005) pero son muy posteriores al sepulcro del Batallador (fallecido en septiembre de 1134), aunque sí coetáneas -en cierto modo- al arcosolio del claustro sampedrano soriano y a los arquillos polibulados en el tímpano sur de San Juan de Rabanera (Soria), fragmento del tímpano sur de San Nicolás de Soria, tímpano norte de la parroquial de Tozalmoro, altar románico de la ermita de los Santos Mártires en Garray…
Inés Monteira, basándose en textos islámicos, en algunos estudios del jesuita Miguel Asín Palacios y en investigaciones contemporáneas, llega a la conclusión de que la visión beatífica de los bienaventurados en el Más Allá es el trasfondo simbólico de buena parte de la iconología de los arcos polibulados, acompañados en muchos casos de cabecitas (como en Tozalmoro), y de rosetas de diversos pétalos pero con preferencia a los seis y ocho pétalos.
En cuanto al número doce, en el simbolismo románico una de las correspondencias analógicas más pertinaces es la referida a los 12 apóstoles (representados en altorrelieve o bajorrelieve en columnas o simplemente por doce columnas) en referencia a la visión juanista del Apocalipsis referente a los doce cimientos o soportes (columnas, por tanto) y doce puertas de la Jerusalén Celestial escatológica, que son -para algunos simbólogos- una cristianización de las doce “puertas” del zodíaco ya que, en la antigüedad, el viaje celestial-estelar por el Más Allá se realizaba en los diversos cielos (en uno de los cuales, hay estrellas, y de ahí que aparezcan rosas y estrellas en el simbolismo funerario).
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