Antonio Machado y Soria
La machadiana Soria mística y guerrera, Pura y Cabeza de Extremadura
Campos de Castilla es una de las grandes obras poéticas de Antonio Machado. La primera edición fue a finales de abril de 1912 y, posteriormente, amplió el libro en su edición de 1917 (la de 1912 es la mitad de extensa, con 18 poemas, y el de Campos de Soria ocupa 144 versos, el 10% del total).
Ahora bien, antes de la primera edición, en el periódico madrileño La Tribuna, publicó el 2 de marzo una primera versión de Campos de Soria bajo el título de Tierra de Soria.
Hemos seleccionado su poema VII (reconvertido en VI en el libro) y, para que consten las diferencias con la versión final, hemos puesto en color marrón las variantes respecto a la edición de Campos de Castilla.
Este poema es una de las pocas descripciones machadianas, poéticas, de la ciudad de Soria. El resto de Campos de Soria se centra en el paisaje y, lógicamente, será objeto de otros artículos en este blog. Al parecer su primer poema soriano descriptivo e interpretativo es “A orillas del Duero” (febrero de 1910).
Como se sabe, la estancia en Soria de Antonio Machado fue decisiva en su vida y en su obra. Llegó como profesor de francés al Instituto de Soria que hoy lleva su nombre, tras obtener la cátedra en 1907. En 1909 se casa con la soriana Leonor Izquierdo, que fallece en 1912, poco después de la publicación de Campos de Castilla. Entristecido dejó Soria y se marchó a Baeza, donde estuvo de profesor de francés hasta 1919, trasladándose después a Segovia.
Campos de Soria, 1912
VII
Soria mística y guerrera
de vieja estirpe cristiana,
fue hacia Aragón barbacana
de Castilla en la frontera.
¡Soria fría, «Soria pura»,
cabeza de Extremadura,
con tu castillo roquero
arruinado sobre el Duero;
Con tus murallas roídas
y tus casas denegridas;
muerta ciudad de señores
guerreros y cazadores;
de portones con escudos
de cien linajes hidalgos,
y de famélicos galgos,
de galgos flacos y agudos
que pululan
por las sórdidas callejas!,
y a la media noche ululan
cuando graznan las cornejas.
Soria fría. La campana
de la Audiencia dio la una.
Soria, ciudad castellana,
¡tan bella!… bajo la luna.
Campos de Soria, 1917
VI
¡Soria fría, Soria pura,
”cabeza de Extremadura”,
con su castillo guerrero
arruinado, sobre el Duero;
con sus murallas roídas
y sus casas denegridas!
¡Muerta ciudad de señores,
soldados o cazadores;
de portales con escudos
de cien linajes hidalgos,
y de famélicos galgos,
de galgos flacos y agudos,
que pululan
por las sórdidas callejas
y a la medianoche ululan,
cuando graznan las cornejas!
¡Soria fría! La campana
de la Audiencia da la una.
Soria, ciudad castellana,
¡tan bella! bajo la luna
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