Música en Soria
El dulzainero y tamborilero de mayor antigüedad en Soria, conocidos, son de 1500
Martín Navarro y su hijo Juan son los primeros dulzaineros y tamborileros de la ciudad de Soria con nombres propios conocidos en la bibliografía, al día de hoy. Se sabe de su existencia, oficios y nombres por ser declarantes ante un tribunal volante de la Inquisición de Soria respecto a una costumbre judía de “purificación” de la novia tras la noche de bodas en Almazán. Su testimonio se incluye en el Legajo 28-73, folio 1.078 recto y vuelto, custodiado en la sección del Patronato Real del Archivo General de Simancas, que aporta además de este ritual en un matrimonio de conversos judíos, la evidencia de que se daban albadas a los recién casados, costumbre que se ha celebrado en los pueblos sorianos hasta que la despoblación rural con la emigración a los núcleos industriales lo impidió.
La declaración fue dada a conocer por Amando Represa en el Congreso Internacional “Los judíos en la historia de España” celebrado en Ciudad Real en la primavera de 1985 y figura en sus Actas (publicadas como libro en 1987 por el Instituto de Estudios Manchegos), pero creemos que es la primera vez que se da a conocer en un medio de comunicación soriano. Transcribimos el relato de lo recogido por la Inquisición en febrero de 1501 sobre los hechos acaedios en agosto de 1500.
«Martin, tamborino, abitante en la çibdad de Soria… dixo que este testigo fué a la villa de Almaçán a unas bodas de Alonso, tratante, christiano nuevo, vº de Almaçán, e la maneçer (sic), que fue lunes, -de la boda, este testigo e Juan Navarro, tañedor de dulçayna, fueron con la madrina de la novia a llevarle el almuerzo a los novios. E estando este testigo e su fijo presentes, la dicha madrina e otra su cuñada de la novia, tomaron la novia por los pies, de la cama, e sacaronla de la cama, e dexaron al novio solo con este testigo e su fijo, armosando. E este testigo dixo al novio ”que por qué lo consentya”. E le dixo el novio:
– Pues no me la an de dar en estos syete días.
E este testigo to·rnó el martes de mañana, e falló al dicho novio solo, porque miró la cama e no estava allí la novia. E le tornó a preguntar que “que hera de su muger” . E le dixo “que poquito avie que gela avian llevado”. E este testigo se levantó sobre los pies, por ver si avia dormido allí la novia, e non vido mas logar del suyo del novio.»
La del tañedor de dulzaina dice así:
«Juan Navarro, fijo de Martin, tamborino, v° de la çibdad de Soria, dixo que él e el dicho su padre fueron a la villa de Almaçán a unas bodas de Alonso, tratante, christiano nuevo, v° de Almaçán. E el lunes por la mañana de la dicha boda, este testigo e el dicho su padre e la madrina, fueron a dar el alborada e armuerzo a los novios, e como entraron, la dicha madrina sacó la novia por los pies de la cama, e la quitó al novio. E su padre deste testigo dixo al dicho novio “que porqué le avian quitado su muger”. E le respondió e dixo:
—No sé. Juro a Dios que no me la an de dar fasta syete dias.
E su padre deste testigo le dixo:
—¿No ves que´s heregia?
E le dixo “que no sabia, que no podia mas faser de lo que ellos fasian”»
Armando Represa aclara que esta pareja de novios, pese a ser recién conversos, mantienen la costumbre judía de la “pureza legal sobre efusión de sangre, tras la primera noche nupcial y la subsiguiente continencia de varios días, con la intervención vigilante de las mujeres y amistades femeninas de la familia” (cuñada y madrina), sacando del tálamo nupcial a la desposada y alejándola de su marido durante siete días.
Una “anécdota” musicológica” y de los conversos judíos sorianos que podemos añadir a la “Historia de la música” en Soria, y que se añade al post que publicamos el 28 de abril de 2017 titulado “Soria, pionera de las Capillas Vecinales de Música a finales del siglo XVI“.
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