Gótico en Soria
Arquitectura gótica y renacentista de Soria en el s. XVI
Siglo de Oro para Soria y su Tierra fue el XVI, como para el resto de la provincia, y en gran medida se debe al flujo económico derivado de la trashumancia y, también, de la trasterminancia y ganadería estante. Su reflejo en la construcción de iglesias y palacios o casonas de estilo gótico y renacentista es un testimonio de tal florecimiento económico. En lo que respecta al gótico la mejor bibliografía es la tesis doctoral del berlangués José María Martínez Frías, publicada como libro en 1980 (“El gótico en Soria. Arquitectura y escultura monumental“), que tomamos como fuente informativa y de donde hemos escaneado los planos arquitectónicos que mostramos a continuación.
“Durante el s. XVI la cabaña soriana sigue siendo uno de los principales baluartes de la Mesta. En nuestra provincia, como advirtió el propio R. Ruiz, son los grandes ganaderos enriquecidos, y no los agricultores, lo que realmente llegaron a distinguirse y quienes, ante la necesidad de tener una casa abierta en los pueblos de agostadero para que sus ganados pudieran aprovechar los pastos en el verano, construirán suntuosas mansiones, como -por citar algunas de las más relevantes- las de Almajano, Narros, Aldealseñor, Castilfrío, Oncala, Agresa, Vinuesa y Tera- en las que, procedentes del foco burgalés, hallan ya acomodo las formas renacientes”, no dice Martínez Frías.
“La arquitectura religiosa de este siglo ofrece, en contra de lo que hasta ahora se había afirmado, una de las páginas más brillantes y sugestivas de la historia del arte soriano”, prosigue Martínez Frías. “Pasan de 150 los edificios de esta época que, con interés para nuestro estudio, se conservan en la provincia y, si bien es cierto que, en bastantes casos, se trata de edificios de no disimulada modestia, en otros muchos, en cambio, hemos de admitir una calidad aceptable, viniendo todos ellos a sere un fiel reflejo de la difusión rural de las estructuras góticas”. Y afirma igualmente que “la zona de mayor densidad de los monumentos góticos corresponde a la ciudad de Soria y su Tierra, que en el s. XVI -centuria en la que se levantaron la mayor parte de los edificios conservados- contaban con 1.279 y 5.325 vecinos, respectivamente. Aquí fijaron su residencia numerosas familias nobles y grandes terratenientes pertenecientes a la Mesta, cuya pujante situación económica les permitió sugragar numerosas construcciones” (véase Sobre el siglo XVI en Soria, la nueva oligarquía ganadera, colegiata e iglesia de La Mayor).
Los más importantes templos góticos de la provincia alzados en el s. XVI son, sin duda, las colegiatas columnarias de Berlanga de Duero y Soria, e igualmente hay que destacar el claustro de la catedral del Burgo de Osma (1511-1515). En la ciudad de Soria el gótico está igualmente presente -en esta centuria del XVI- en las iglesias de los conventos de la Merced, Santa Clara y San Francisco, ermita de la Soledad e iglesias de Santo Domingo-Sto Tomé, La Mayor, Virgen del Espino y el Salvador. Del templo gótico de la ermita de la Virgen del Mirón tan solo queda el ábside adosado a la capilla mayor, fechado en el segundo cuarto del s. XVI según Martínez Frías.
“Digamos, por último que la pervivencia del gótico como sistema constructivo se revela asimismo en algunos pueblos de la provincia, en los que, durante los s. XVII y XVIII, se siguen construyendo todavía edificios con bóvedas de crucería”, nos aclara Martínez Frías.
En cuanto al mecenazgo civil, considera Martínez Frías que, en el s. XVI, se dió un “nuevo y brillante resurgimiento del mecenazgo particular… Muchas fueron las familias nobles sorianas que, en este sentido, nos dejaron testimonio de su magnificencia”. Y nos aporta datos, al respecto, de las siguientes familias, por orden alfabético y para toda la provincia: Aguilera, Arellano, Avellaneda, Barnuevo-Barrionuevo, Beltrán, Beteta, Brizuela, Calderón, Camargo, Castejón, De la Cerda, Don Vela, Fuenmayor, Garcés, Heras, Huidobro, Hurtado de Menodza, Lopez Paquecho, Medrano, Molina, Morales, Neyla, Padilla, de los Río, Rojas, Salcedo, San Clemente, Santa Cruz, Sotomayor, Torres, Tovar y Velasco, Ucedo del Águila, Vergara, Vinuesa y Zúñiga. “Muchos de estos nobles, grandes propietarios de ganados, se verían altamente favorecidos por la política oficial de apoyo a la ganadería, encaminada a potenciar el desarrollo de todo el complejo lanero”, señala.
Entre estos apellidos hay bastantes correspondientes a la ciudad de Soria. Así, por ejemplo, el linaje de los Río -que fueron los mayores ganaderos trashumantes de la Soria del s. XVI- “patrocinaron las obras de la iglesia del convento de Santa Clara y las de la ermita de la Soledad” en la ciudad.
Además de los linajes de la nobleza media y alta, secular o recién adquirida (como es el caso de algunos grandes ganaderos mesteños sorianos), el clero también financió el gótico eclesial soriano, principalmente obispos. Igualmente algunos particulares, ajenos a la nobleza, fundaron algunas capellanías, y hubo corporaciones municipales que subvencionaron trabajos, incluido el de Soria ciudad. Hay también algunas cofradías que pusieron el dinero para algunas ermitas y capillas, como es el caso de la ermita de la Soledad en la Dehesa de Soria.
“La casi totalidad de los maestros de cantería documentados pertenecen al s. XVI. La mayoría de éstos proceden de la Merindad de Trasmiera, en la provincia de Santander. No faltan tampoco los artistas riojanos, navarros y sorianos, aunque comparados con los anteriores son minoría”, nos dice Martínez Frías.
De edificaciones civiles góticas poquita cosa se conserva en la ciudad de Soria: “sólo en unas cuantas casas nobiliarias pueden rastrearse algunos elementos góticos”. Martínez Frías cita unas poquitas sitas en las calles Zapatería y Real, así como en la plaza Bernardo Robles. No es el caso, por contra, en la etapa renacentistas del siglo XVI como podemos ver en la Calle Aduana Vieja (véase la Casa de los Castejones, como ejemplo), donde sobresale, esquina a la plaza de San Clemente, el magnífico Palacio de los Ríos y Salcedo, que comenzó a construirse en 1549 (coetáneo del inicio de construcció de la colegiata de San Pedro, por cierto) financiado por Alonso de Río y Salcedo, mientras que el majestuoso palacio, mal denominado de los Condes de Gómara, lo financió su hermano, el alférez mayor de Soria Francisco López de Río, concluyéndose en 1592.
El estilo renacentista en Soria, ciertamente, se asume adentrado ya el s. XVI y, en lo que respecta a lo eclesiástico, se plasma en la portada plateresca de la colegiata de San Pedro (concatedral desde 1958) y el convento e iglesia del Carmen cuya iglesia es renacentista y de planta de cruz latina.
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