Recordando a Antonio Machado en el 145 Aniversario de su nacimiento

El mejor homenaje que puede recibir un poeta es leer hondamente su poesía. Así de sencillo. Todo lo demás es secundario. Y digo leer “hondamente”, no como “de pasada”. En esa lectura se “saborea” la forma y el contenido del poema y, cuando alguna expresión del mismo te hace vibrar, entonces es cuando realmente ese lector ha logrado conectar con esa “hondura”.

Sí, en un 26 de julio de 1875 nacía Antonio Machado en una de las viviendas alquiladas en el Palacio de Dueñas de Sevilla. Así es. Nadie lo niega… Pero bien sabemos todos que en la vida se “renace” en muchas ocasiones. Y tal es el caso de Antonio Machado “el Bueno”.

De sus  renaceres íntimos, de su volver a sentirse renacido interiormente, Antonio Machado destacó ante todo uno de ellos: su amor hacia la adolescente soriana Leonor Izquierdo. Lo plasmó en verso y en prosa, y el pueblo soriano lo sabe bien, y por eso instaló una placa broncínea al pie de su tumba en Collioure en el 75 Aniversario de su muerte. Así, en Los sueños dialogados, confiesa:

Mi corazón está donde ha nacido,
no a la vida, al amor, cerca del Duero…

En la ciudad del Alto Duero se palpa esta urdimbre poética y vital entre Antonio Machado, Leonor y la misma Soria.

Lo sabemos los sorianos y lo descubren los turistas que pasan por la ciudad: en las Dehesa, en el Paseo del Espolón, en el IES A. Machado, en El Collado, en la Plaza Mayor, en los Cerros de Cuatro Vientos y el Castillo, en las márgenes del Duero, especialmente entre San Polo y San Saturio…

Hay que leer a Antonio Machado si realmente queremos honrarle… pero, como he dicho, con una lectura honda, “jonda” que dirían en su Sevilla natal. Y especialmente hay que leerle en sus Ciudades Machadianas que, en Red, conforman una Asociación Machadiana que vela por mantener vivo el legado que nos dejó en verso y en prosa, como refleja su Obra Completa y sus “Juan de Mairena” muy especialmente.

Leámosle. No dejemos de leerle.

Antonio Machado sigue siendo un faro de luz para los caminantes de la vida interior.

Autor: Ángel Almazán de Gracia

Secretario general de la Red de Ciudades Machadianas