Antonio Machado y Soria

Sobre la casa camino al Mirón que acogió a Leonor y Antonio Machado

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En vano resultaron los esfuerzos del poeta sevillano. Al regreso del matrimonio de París, Leonor venía enferma de hemoptisis. El 14 de julio de 1911 comienzan los primeros vómitos de sangre. De vuelta a Soria, Antonio empuja la silla de una inválida por la cuesta del Mirón, tratando de airear los pulmones de una joven que con 17 años se moría a chorros.

Por esta calle, hacia arriba, subía Machado llevando a Leonor hacia el Mirón

El invierno soriano de 1911 a 1912 viene con extraordinaria crudeza lo que agrava el estado de salud de Leonor y el primero de agosto de 1912, jueves, mientras Soria entera está engalanada por la visita de la infanta Isabel y la ciudad se llena de banderas y estandartes, Antonio sale de la pensión y se dirige hacia la calle Zapatería en busca de Don Isidro Martínez, párroco de La Mayor, para que asista espiritualmente a la enferma y le pueda ser administrado el Santo Viático en su agonía.

Ubicación del enclave en el que estuvo la casita alqulada por Antonio Machado

Pero retrocedamos en el tiempo. El objetivo de este articulo es ubicar la casa de recreo donde Leonor y el poeta descansaban de los paseos del Mirón. Los estudios y la documentación son muy escasos al respecto. Apenas hay registros. Lo que sí parece cierto, o al menos comprobado, es que algunos años después de fallecer Leonor y de que Antonio abandonase Soria, con harto dolor de corazón como le expresaba a Pedro Chico en una de sus cartas, Evaristo Redondo, hombre emprendedor que ya tenía abierto su establecimiento en el paseo de Canalejas, hoy Collado, adquiere unos terrenos en el camino del Mirón para edificar un chalé. Al lado de la nueva construcción permanece una caseta abandonada que perteneció a Machado y a su joven esposa. Y don Evaristo decide levantar allí mismo un aparcamiento cerrado, por lo que encarga derribar el refugio del matrimonio, no sin antes quemar todo lo que había dentro para evitar el riesgo de contagiarse de una tuberculosa.

La tuberculosis, azote inmisericorde en la población española de aquella época, era una enfermedad muy temida por su alto riesgo de contagio. Objetos personales del matrimonio, esbozos de poemas, cartas personales e incluso algún boceto o dibujo, son pasto de las llamas mientras la caseta queda reducida a escombros. No queda en la actualidad por tanto ni rastro de lo que fue la casa de recreo de Antonio y Leonor, habiendo desaparecido todas las pertenencias del matrimonio, a buen seguro hoy dignas de ser exhibidas en las mejores exposiciones machadianas.

Leonor falleció a las diez de la noche de aquel primero de agosto de 1912. Su muerte deja profundas heridas que jamás cicatrizan en la pluma y en el corazón del poeta que el ocho de agosto de 1912, acompañado de su madre Ana Ruiz, abandona Soria.

“En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo Soria, mi corazón se abreva.
Tierra de alma, toda hacia la tierra mía,
por tus floridos valles, mi corazón te lleva”.

 

AUTOR DEL ARTÍCULO: José Javier Romera Molina, del que hemos publicado anteriormente el post Las tres pensiones de Antonio Machado en Soria

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