Gótico en Soria
Sobre la orientación de las iglesias de Soria ciudad
Los templos cristianos medievales están orientados intencionalmente hacia levante, esto es, el ábside y presbiterio (o sea, la zona más sacra por estar el altar) miran hacia oriente. Ahora bien, el punto del horizonte terrestre por donde “sale el sol” no es fijo sino movible, variando desde el solsticio de verano al de invierno.
Conocido es que los templos egipcios están orientados a levante y no es de extrañar si tenemos en cuenta la gran importancia que tuvieron diversas divinidades solares (Ra, Horus, Amón, Atón). Los hebreos igualmente pudieron captar este simbolismo de la orientación solar durante su estancia en Egipto. Los coptos, que tuvieron mucha influencia en la liturgia y arte paleocristiano, pudieron influir en la implantación constructiva de las iglesias cristianas orientadas hacia el orto solar siguiendo la tradición egipcia.
En el pantocrátor de San Clemente de Taüll, el libro que sustenta Cristo porta la inscripción: Ego Sum Lux mundi (“Yo Soy la Luz del mundo“) (Evangelio de Juan 8,12). Así que no es extraño de el gran exégeta paleocristiano Orígenes, uno de los grandes “Padres de la Iglesia” escribiera: “¿Quién no reconocerá que conviene orar hacia el este, como símbolo, para que el alma se oriente hacia la aparición de la luz verdadera?”.
El mejor acopio de referencias bíblicas que explican la orientación de las iglesias cristianas hacia donde se levanta el sol es, quizás, la de San Juan Damasceno: “No es por simplismo o por azar que oramos vueltos hacia oriente… Puesto que Dios es luz inteligible y que, en la Escritura, Cristo es llamado Sol de Justicia y Oriente, para darle culto es necesario volverse al oriente. La Escritura dice: ‘Dios plantó un jardín en Edén, al oriente, y allí colocó al hombre que había plasmado’. Buscando la antigua patria y tendiendo hacia ella, rendimos culto a Dios. También la tienda de Moisés tenía el propiciatorio vuelto hacia el oriente. Y la tribu de Leví, que era la más insigne, acampó en la parte vuelta hacia oriente. En el templo de Salomón la puerta del Señor se hallaba vuelta hacia oriente. Finalmente, el Señor clavado en la cruz miraba hacia occidente y por eso nosotros nos postramos hacia oriente, mirando hacia Él. En el momento de ascender al cielo fue elevado hacia el oriente, así lo adoraron los discípulos y así vendrá de nuevo, en el mismo modo en que lo vieron subir al cielo. Como lo dijo el mismo Señor: “Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la venida del Hijo del hombre” (Mat. 24, 27). Por eso, esperando su venida, nos postramos mirando hacia oriente. Se trata de una tradición no escrita, que se deriva de los Apóstoles”.
Y añadamos, de Ezequiel 8;16 : “Y me llevó al atrio de adentro, de la casa de Yhvh (Adonai, el Señor); y he aquí junto a la entrada del templo de Yhvh entre la entrada y el altar, como veinticinco varones sus espaldas vueltas al templo de Yhvh, y sus rostros hacia el oriente, y adoraban al sol, postrándose al oriente…”
Los ortos de las iglesias sorianas medievales
Basándonos en Google Maps y reconociendo la imprecisión lógica en el trazado de las líneas que hemos marcado -que pueden marcar un error en unos pocos días (hacia arriba o hacia abajo)-, presentamos aquí las siguientes imágenes de las principales iglesias románicas y góticas que se conservan (algunas en estado de ruina) en la ciudad de Soria.
El grupo formado por las iglesias de San Ginés, San Agustín “el viejo”, Santo Domingo, San Nicolás y la concatedral, parecen compartir como orto fechas situadas en torno al equinoccio o a las dos onomásticas litúrgicas principales más aproximadas: la Anunciación y San Miguel. Por tanto es lógico suponer que el replanteo de estos templos tuvo lugar en torno al equinoccio de primavera (aunque no desdeñamos que alguna se replanteara alrededor del equinoccio de otoño).
Podemos deducir, así mismo, que las dos orientaciones que parecen solsticiales corresponden a la Virgen del Mirón (verano) y las de San Polo y Santa Clara (invierno). Por otra parte, La Mayor, Virgen del Espino y San Juan de Rabanera se fechan hacia el mes de octubre o el mes de febrero (éste último parece más probable climáticamente).
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