Pinturas rupestres Valonsadero
Valonsadero como marco de pinturas rupestres prehistóricas
El monte de Valonsadero tiene una extensión de 2.808 Ha, a 1.111 m. de altitud media. Los vestigios más remotos de la historia del término de Soria se encuentran a ocho kilómetros al noroeste, en Valonsadero, “en cuyas cañadas y barranqueras se establecieron, hace más de cuatro mil años, grupos de pastores que plasmaron en los roquedos del monte pinturas rupestres relativas a sus ritos y modos de vida, aunque también habrá que añadir el papel jugado por las pequeñas cavernas abiertas en la hoz calcárea del Duero ocupadas en épocas avanzadas del Eneolítico y primera Edad del Bronce”, nos comenta Juan A. Gómez-Barrera. “Cuando fue utilizado por los agroganaderos del Calcolítico y Edad del Bronce, como centro de sus acciones sociales, debía constituir un humedal tan rico en pastos como lo es aún hoy”, estima el mayor investigador de las pinturas esquemáticas rupestres de Valonsadero y su área de influencia.
Valonsadero, enclave ideal de pastos en una zona en la que confluían caminos y que sigue siendo encrucijada de valles y ríos que descienden zonas altas septentrionales “se mostraría como un lugar central, el punto de relación y concentración para estos grupos ganaderos norteños. Pudo ser el punto de reunión de ganados y pastores antes de la trashumancia estival a las sierras del norte y el regreso para la invernada, pero también pudo ser el punto de llegada, y no de partida, manteniéndose aquí los ganados en un amplio margen del tiempo“, nos aclara Juan Antonio Gómez Barrera.
En el monte Valonsadero y su entorno –Fuentetoba, Pedrajas y Oteruelos- hay 43 estaciones, abrigos o lugares pintados con un total de 658 motivos identificados y una grupación en 17 tipos ajustados censados y estudiados por Gómez Barrera.
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