Alfonso I rey de Soria
Collaciones de San Gil y San Ginés y El Batallador
San Gil y San Ginés en ocasiones comparten iconográficamente la misma iglesia, aunque también es cierto que suelen tener iglesias dedicadas a uno u otro, pero no conjuntas.
En la relación de parroquias-collaciones en el censo diezmero registrado en 1270 tutelado por Alfonso X aparecen en la ciudad de Soria dos collaciones específicas en las que sus templos románicos están dedicados a ambos santos por separado.
La Iglesia de San Gil -llamada La Mayor desde el s. XVI- se encuentra en la plaza mayor y conserva algunos restos románicos, principalmente su portada y su torre. El poder laico y el eclesiástico confluyeron en ella dado que llego a ser sede del cabildo de la colegiata durante un tiempo y también el concejo llegó a celebrar sus reuniones en el cementerio de San Gil.
En 1270 el padrón diezmero indica que vivían en su collación 11 vecinos, 38 moradores y 10 atemplantes, siendo la más poblada, abundando en ella, como oficio artesanal, el de los herreros. Contaba, en la Tierra de Soria, con estas aldeas: Torralba, El Corto, Aldealseñor, Cascante y De la Torre (1).
En cuanto a la parroquia-collación de San Ginés, sita junto a la muralla del Duero, tenía empadronados 7 vecinos, 4 moradores y 4 atemplantes, y le pagaban diezmos las aldeas de Peroniel, Reznos, Zarabes, Ayllón, San Andrés, Los Villares de Almajano y Ambroz (2).
En el programa municipal Soria Oculta se ha actuado arqueológicamente en San Ginés, como se ha ido informando puntualmente en este mismo blog de Elige Soria.
El culto a ambos santos proviene de Francia y fue difundido, entre otros medios, a través del Camino de Santiago, y sobre su núcleo central devocional se puede leer al respecto el capítulo VIII del Liber Sancti Iacobi. Codex Calixtinus (Aymeric Picaud; 1139). Anima al peregrino a visitar los cuerpos santos de Arles, entre los que destaca San Ginés, pero, sobre todo, el de San Gil o Egidio (3), a 20 kms, en la abadía homónima (Saint-Gilles-du-Gard): “También ha de ser visitado con gran cuidado y atención el dignísimo cuerpo del piadosísimo San Gil, confesor y abad. Pues San Gil, famosísimo en todas las latitudes, ha de ser venerado por todos, por todos dignamente celebrado, por todos amados, por todos invocado y por todos visitado. Después de los profetas y apóstoles, ninguno entre los demás santos más digno, más santo, más glorioso, ni mas rápido en el auxilio que él. Pues suele ayudar más rápidamente que los demás santos a los necesitados, los afligidos y angustiados que a él claman. ¡ Oh cuan hermosa y valiosa obra es visitar su sepulcro ! Pues el mismo día en que alguien le ruege de todo corazón, será sin duda socorrido felizmente”.
Huellas del culto a ambos santos en época del Batallador
En la Zaragoza rendida al Batallador en diciembre de 1018 se construyó un templo románico en honor a San Gil, remozado posteriormente y al que se incorporó una hermosa torres mudéjar, cerca de la Seo.
En Luna ( comarca de Cinco villas de Zaragoza) destaca la iglesia románica de San Gil en el que se ha plasmado en sus canecillos y tímpano la vida de ambos santos: San Gil y San Ginés.
En Atienza (Guadalajara), conquistada en 1012 por Alfonso I, subsiste un ábside románico en la iglesia de San Gil. Así mismo en Molina de Aragón (Guadalajara) se construye la primitiva iglesia de Santa María la Mayor o de Santa María de San Gil una vez conquistada por El Batallador en 1128.
San Ginés es patrono de Sesue, localidad de la Ribagorza, cuyo condado fue regido por El Batallador. Y cerca de las tierras sorianas, en Tarazona hubo una ermita dedicada a San Ginés y subsiste todavía el denominado Arco de San Ginés en el barrio de La Almehora.
En Burgos, que estuvo muchos años bajo el control del Batallador, hay una iglesia de San Gil Abad, que es del que estamos hablando.
Y en la provincia de Soria, en Rejas de San Esteban, se encuentra la iglesia románica de San Ginés. Este pueblo formaba parte de la Comunidad de Villa y Tierra de San Esteban de Gormaz, en la que el Batallador tuvo como tenente a Fortún López, tenente a su vez de Soria.
NOTAS
1.- María Asenjo González: Espacio y sociedad en la Soria medieval. Siglos XIII-XV, Diputación de Soria, 1999, pp. 116-117
2.- Opus cit., pp. 93-94.
3.- “Si pensamos en la autoría de un poitevino, o al menos un franco, se entiende que el libro [Libro de las Perefinaciones-Liber Sancti Iacobi] se centre tanto en san Gil de Arlès, en cuya historia y enterramiento el escritor se detiene bastante, cuya veneración se equipara a la de Santiago o san Martín de Tours, tal como se afirma expresamente en el texto, algo que en realidad no se daba en el conjunto de la Iglesia occidental. Así, podemos ver la devoción que recibía un santo local en el Camino de Santiago, y reconstruir en parte la religiosidad local en el Poitou del siglo XII”, indica Guillermo Fernando Arquero Caballero : “El Liber Peregrinationis como fuente del Camino de Santiago y de las sociedades medievales del Norte Peninsular”. Ab Initio, 4 (2011) p. 27.
Autor: Ángel Almazán
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