Alfonso I rey de Soria
Los dos primeros tenentes de la Soria fundada por el Batallador, cofrades templarios
Reproducimos a continuación, con permiso del autor (al que le agradecemos su colaboración), la página 36 del libro Los orígenes del Temple en el valle medio del Ebro: Antecedentes de la Orden del Císter y de la Orden Militar de Calatrava, escrita por Serafín Olcoz Yánguas, que ha editado recientemente el Ayuntamiento de Fitero en el pasado mes de octubre.
Serafín Olcoz es doctor en Ciencias Físicas y en Historia por la Universidad de Zaragoza y en Elige Soria ya se ha citado en varios posts relativos a los primeros tiempos de la Soria medieval, así como de la época celtibérica.
Los dos primeros tenentes de Soria -a la que fundó Soria en 1119- fueron Íñigo López y Fortún López, que formaron parte, como laicos, de la Cofradía del Temple. Sobre la pertenencia del segundo, Fortún López como cofrade templario, ya se habían dado referencias en Elige Soria que ahora quedan más destacadas.
Complementamos el texto de Olcoz con una serie de árboles genealógicos que hemos considerado idóneos para poder evaluar la importancia de la adscripción templaria (como cofrades laicos) de estos dos primeros tenentes de Soria y su descendencia.
Lope Iñiguez e Iñigo López, cofrades templarios
Serafín Olcoz
Olcoz (2018a, pp. 286-288) identificó a los dos esposos de María de Lehet, el primero, Iñigo López, primer tenente de Soria, desde 1119 hasta el 29 de septiembre de 1125, al menos, o, quizá, incluso en 1126 (60)), y el segundo, Lope Iñiguez, tenente de Borobia (Soria), de Alfaro y Calahorra, que debió de fallecer en diciembre de 1131, o a principios de 1132, ya que su última noticia, tras su regreso de Bayona (61), data de dicho mes de diciembre, en Tiermas (Zaragoza) (62).
También registró que Lope Iñiguez, al igual que su esposa, María de Lehet, los hermanos de ésta, Sancha y Martín, así como otros parientes, figuraban entre los cofrades templarios. Por lo que propuso que Lope Iñiguez tuvo que ingresar como cofrade en una fecha cercana al asedio de Bayona.
Sin embargo, habría que adelantar este evento mucho más, si consideramos que es probable que el primer marido de María de Lehet también hubiera sido cofrade, pues lo que consta en la nómina de éstos es que:
«Martin de Lahet, ad Sanctum Micahelem, unum morabetinum annuatim; infine suo, caballum suum et arma.».
«Mariam, soror sua: in unoquoque anno unum morabetinum et pro meo marito alium, et hoc ac Natale. Et post meum obitum meliorem bestiam quam abuero. ».
«Et suus maritus: suum caballum et arma, et unoquoque anno V solidos. Et si non habebant caballum suum, C solidos.» (63).
El texto muestra la preeminencia del linaje Lehet y, concretamente, la de Martín de Lehet, del que María es su hermana y cuyos maridos figuran anónimos y en condición de tales.
Tal como propuso Olcoz (2018a, p. 288), si se leen los tres párrafos seguidos, del último se desprende que se refiere a que Lope Iñiguez se comprometió a entregar un caballo y su arma, o 100 sueldos, si no tenía caballo, tras su muerte. Mientras que, en el párrafo anterior, consta que María se comprometió a entregar un morabetino por ella y otro por su marido, que habría fallecido antes de poder abonar su cuota anual y por eso consta que la debía pagar su viuda. Dándose la circunstancia que esta cuota anual, como la de Martín de Lehet, es de un morabetino, que, al cambio, era casi el doble” de lo que se comprometió a abonar anualmente Lope Iñiguez. Por lo que María, en el momento en el que se realizó este registro, aún tenía pendiente el abono del morabetino comprometido por Iñigo López y, de ser cierta esta suposición, habría que considerar que la cofradía ya existía antes de 1127 y quizá de septiembre de 1125, última fecha de la que hay noticias fidedignas acerca de Iñigo López (65), o antes.
Aunque creemos que es poco probable, también cabría una interpretación más conservadora, si éste nunca fue cofrade y suponemos que su viuda abonaba una cuota anual sólo por su memoria. Aun así, habría que suponer que María ingresó como cofrade antes de que se iniciara la campaña de Bayona, ya que habría tenido que contar con el permiso de su segundo marido. Por lo que, en cualquier caso, María habría ingresado antes de septiembre de 1130, como mínimo, y, de ser así, lo más probable es que también lo hubiera hecho entonces su segundo marido, si es que no lo habían hecho antes, como acabamos de exponer.
Notas bibliográficas
60.- Olcoz (2018a, p. 278) planteó la posibilidad de que falleciera en la campaña que Alfonso I llevó a cabo en Granada, Lacarra (1978, p. 86) y Lema (1997b, p. 347).
61.- Lema (1990, nn. 231, 234, 238, pp. 341-343, 345-347, 352) registró la participación de Lope Iñiguez en Bayona, acompañando al Batallador desde sus preliminares, en septiembre de 1130 y los inicios de su asedio, en octubre de este año, donde estuvo hasta mayo de 1131. Aunque Olcoz (2018a, pp. 288-291) no lo citó, también fue uno de los confirmantes del testamento del Batallador, en compañía de su hermano Pedro Iñiguez, tenente de Peralta (Navarra), Lema (1990, nn. 214, 226 y 241-242, pp. 320-321, 337338, 356-365 y 366-368).
62.- Lema (1990, n. 243, pp. 369-370).
63.- Ubieto (1980, n. A-422:44, p. 55).
64.- Ramírez (1987, p. 99) señaló que, a mediados del siglo XII, un morabetino equivalía a 8 sueldos.
65.- Schenk (2012, p. 52) señaló que el documento más antiguo de los cofrades de Toulouse, data entre 1128 y 1132. Por lo que las noticias de los cofrades hispanos serían coetáneas o puede que incluso previas.
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