Soria modernista

La casa modernista de la calle Estudios en Soria

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Apuntes sobre la fachada modernista de la calle Estudios

Ángel Almazán

Antonio Machado residió en dos casas que distaban pocos metros de lo que es hoy la “Casa Modernista” de la calle Estudios, nº 6, y que forma parte de la Ruta de la Arquitectura Modernista de Soria, creada en septiembre de 2018.

El poeta, como se sabe, abandonaría Soria a pocos días de fallecer su joven esposa Leonor en agosto de 1912. Dos años después comienza a construirse precisamente este edificio  (entonces calle Estudios, nº 2-4) que combina el neomudejarismo y el neogótico urbano entrelazados por el modernismo arquitectónico de raíces catalanas. Su arquitecto fue Félix Hernández y Giménez que, desde Barcelona, llega a Soria en 1913, recién titulado, para asumir el cargo de arquitecto municipal.

Esta calle Estudios había sido remodelada pocos años antes. El expediente de alineación de la calle de los Estudios de dilató en el tiempo (1883-1897) al afectar a cinco findas del lateral oriental de la calle. “Su interés resultaba notorio, ya que esta vía permitía enlazar los barrios altos de la Tejera y Santo Tomé con El Collado, que era al propio tiempo travesía de carreteras por la ciudad. La importancia de esta alineación residía también en que unía la plaza de los Condes de Gómara con la de Teatinos, en la que se ubicaba la Administración de Correos, la Escuela Normal, la de párbulos y una de las entradas al Instituto Provincial”, destaca Montserrat Carrasco García (Arquitectura y urbanismo en la ciudad de Soria 1876-1936).

A petición del concejal y comerciante Pedro Llorente elabora Félix Hernández su proyecto en el que, a nuestro entender, se inspira bastante en el arquitecto José Puig i Cadafalch, especialmente en el vestíbulo la pared trasera posterior del Palau Macaya en Barcelona. Leamos las conclusiones a las que ha llegado Montserrat Carrasco, al respecto.

El Modernismo fue un movimiento artístico de finales del siglo XIX y comienzos del XX con especial incidencia en la arquitectura, la pintura y la literatura. Y en el Modernismo el simbolismo adquirió un nuevo auge.

He aquí un esbozo de hermenéutica simbólica. Así, en lo que respecta a esta fachada es evidente que existe una “aspiración ascensional” y que se estructura verticalmente en cinco bloques. El número cinco igualmente sobresale en la disposición de las gemelas cinco “rosacruces”  (que podrían hacer referencia a los Cuatro Elementos -aire, fuego, tierra y agua- más la Quintaesencia central). Y la espiral de las baldosas blancas tiene un gran simbolismo tradicional, como cualquier buen diccionario de símbolos refleja, en mayor o menor grado.

El remate escalonado piramidal proviene, seguramente, del mudéjar, el cual a su vez deriva al arte islámico (por ejemplo en la mezquita de Córdoba), y es una representación de los diversos “cielos” relatados en los escritos escatológicos sufíes y hadices (dichos orales atribuidos a Mahoma).

 

LA CASA DE MIS ABUELOS

Jose Javier Romera Molina

De niño siempre pensé que Machado, que vivió en dos pensiones durante su estancia en Soria, había conocido también el edificio de la calle Estudios número 6 que fue casa de mis abuelos maternos y donde yo pasé gran parte de mi infancia. Estaba equivocado. Don Antonio marchó de Soria el 8 de agosto de 1912, con la vida destrozada, una semana después de fallecer Leonor. La casa de mi abuelo José Molina fue edificada dos años más tarde por el arquitecto Félix Hernández.

En la fotografía se muestra cómo era la calle de los Estudios en los años que el poeta estuvo en Soria. A la izquierda, el taller de reparación y venta de las emblemáticas máquinas de coser Singer, local que hoy ocupa la cafetería Nueva York que adquirió Victorino Martínez a principios de los años 50. A la derecha, el negocio de don Marcelo Reglero Pérez, donde se imprimía y editaba el Porvenir Castellano, cuya dirección corrió a cargo de José María Palacio, el “buen amigo” de Machado. Un burro se asoma al solar en medio de la calle en la que en 1914 se construyó la casa que el comerciante Pedro Llorente encargó a don Félix: un edificio que al principio no gustó por sus aires modernistas cargados de influencias catalanas, una estética que no encajaba en la vieja ciudad castellana.

Félix Hernández y Giménez (Barcelona 1889-Córdoba 1975) llegó a Soria con 23 años, siendo nombrado arquitecto municipal interino en octubre de 1913, pasando a ser titular de la misma en diciembre del mismo año. En Soria se puso al frente del antiguo Mercado de Abastos; se ocupó de la elevación de las aguas desde el río Duero; redactó el proyecto de la Casa de la Autopsia y firmó en 1914, por encargo particular del comerciante Pedro Llorente, el proyecto del edificio de la Calle Estudios número 6, edificio claramente influenciado por el modernismo catalán, recordándonos las obras de José Puig i Cadafalch (casa Amatller) y de Juan Rubió i Bellver (Casa Roviralta).

En Soria conocería a Victoria Sanz Legaz con la que contrajo matrimonio. En 1915 lleva a cabo el levantamiento del plano de un sector de Numancia, siendo éste su primer contacto con la arqueología, aspecto que iba marcar su vida profesional en Andalucía y Extremadura. El arquitecto dimite de su cargo, alegando “razones de índole personal”, el 20 de julio de 1915.

Dejo así ordenado en el tiempo y en la historia lo que de niño tuve desordenado en mi mente, quizás por el ansia de conocer más datos biográficos de quien siempre he admirado tanto: Don Antonio Machado.

Concebida en principio la nueva edificación para ser destinada a fábrica de chocolates y posteriormente a secadero de jamones y otros embutidos, no resultaron productivas ninguna de las dos actividades, por lo que finalmente fue tabicada y adaptada a viviendas.

Jamás olvidaré el intenso olor a perfumes y colonias que respiraba de niño en el portal que provenían del mostrador de la entrada donde Serafín despachaba estos productos, así como revistas y tebeos. Éste y otros muchos recuerdos afloran hoy en mi memoria y en mis cinco sentidos. Benditos recuerdos de una infancia.

Mil recuerdos de limpia y fragante felicidad…

A mi abuelo José y a mi abuela Petro que descansan en la paz del Señor.

 

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