Soria en la Historia
Los Siete Infantes de Lara como leyenda y ruta turística de la Tierra de Soria -1-
En 1119 se efectua la puebla de Soria por parte de Alfonso I “el Batallador” que otorgará un fuero para propiciar el asentamiento, no sólo en el enclave de Soria sino en lo que, con el tiempo, llegó a constituirse como Comunidad de Villa y Tierra de Soria que recorría, de este a oeste, el territorio de lo que hoy es la provincia de Soria. De esa etapa histórica subsiste el patrimonio forestal del que son copropietarios, al 50%, el Ayuntamiento de Soria y la Mancomunidad de los 150 Pueblos. Pues bien, se da la circunstancia de que dos de estos montes forman parte, además, del termino municipal -sí, municipal- de Soria: Pinar Grande (al oeste) y Toranzo (al este). Pues bien, la Leyenda de los Siete Infantes de Lara recorre geográficamente la antigua Comunidad de Villa y Tierra de Soria, de un monte a otro, tanto literaria como en las consejas y tradiciones orales que han persistido, o sea, desde el nacimiento del río Ebrillos en el límite soriano con el término burgalés de Canicosa de la Sierra, hasta el extremo opuesto cabe el monte Toranzo junto al río Araviana-Arabiana y sus Campos de Araviana donde murieron estos Siete Infantes de Salas-Lara.
Quiere la leyenda que los Siete Infantes de Lara se adentrasen en Pinar Grande desde Canicosa cruzando el monte seguramente por el antiguo Camino del Tiro de los Infantes que une Canicosa con Molinos de Duero. La leyenda cuenta que el tío de los Infantes, el traidor Ruy Velázquez, les esperaba en la Vega del río Febros (hoy, Ebrillos, y que en el mapa de Tomás López (1784) aún se llama Ebros); camino que cruza el río bajo el alto de Cabeza Gorda.
Hoy, como se sabe, las aguas del Pantano de la Cuerda del Pozo han anegado especialmente el cauce del río Ebrillos que se unía con el Duero en La Muedra.
Suponemos que, desde Molinos de Duero el itinerario posiblemente utilizado en las algarazas cristianas hacia Almenar de finales del siglo X desde Vilviestre-Canicosa hasta los Campos de Araviana, a tenor de la tradición oral que los sitúa en la Sierra del Almuerzo y Omeñaca, fue la siguiente: desde Molinos de Duero seguirían una antigua vía romana que va a Vinuesa y, desde allí, igualmente por un itinerario viario romano Garray (Numancia), que puede ser el sugerido por Isaac Moreno Gallo (vía Numancia a Lara de los Infantes y Sasamón), o bien desde El Royo por el Valle de Tera, dirigiéndose posteriormente a la Sierra del Almuerzo (recordemos, al respecto, que García Ordoñez, conde de Nájera, fue el repoblador de las tierras de Salas, así como las de Tera en 1105, y Garray en 1106).
Desde Garray marcharían hasta Narros y subirían por la Sierra del Almuerzo donde, según la tradición, se detuvieron a almorzar y se les apareció la Virgen del Almuerzo. En una piedra con huecos que dicen ser de los platos y de las cucharas (en realidad cazoletas), se dice que almorzaron.
El mapa de Tomás López de 1784 indica claramente que también era conocida como Sierra de los Infantes de Lara. Y por la Cuenca del Rituerto accederían hasta su afluente Araviana en cuyos Campos quiere la tradición comarcal que fueran traicionados por su tío y decapitados por sus contrincantes islámicos bereberes comandados que tenían como jefe a Galib ben Amril ibn Timlet “el Fronterizo”.
NOTA: Seguiremos con este artículo mañana no sin antes adelantar alguna parte de la trama de la leyenda.
0 comments