Soria en la Historia
Los Siete Infantes de Lara como leyenda y ruta turística de la Tierra de Soria -6-
En el post anterior destacábamos que la emperatriz Isabel, señora de Soria y su Tierra amén de esposa del primer Austria (Carlos I de España y V de Alemania), deja por escrito el 5 de febrero de 1529 que en el solar donde se ubicó la iglesia mariana del río Araviana, al pie del monte Toranzo (que es municipio de Soria), murieron y fueron sepultados los Infantes de Lara. Volvamos a leerlo: “Doña Isabel por la divina clemencia emperatriz y reina de Aragón //…// sepades que por parte del deán… me fue hecha relación diciendo que el rey D. Sancho, visto como en la iglesia de Nuestra Señora de Torreambriel, de la diócesis de Osma, fueron muertos e sepultados los Infantes de Lara, por la mucha devoción que a la dicha iglesia tuvo e por la hacer bien e limosna, así para la fábrica e ornamentos de elal como para sustentación de la que la sirven, le hizo merced e le dio e señaló por cada un año doce yuntas año a ver para pan en el exido que es en el dicho lugar, desde el castillo hasta la iglesia…”
Esta declaración regia y documentada parece ser que la desconocían los monjes de San Millán de Suso (La Rioja) y San Pedro de Arlanza (Burgos) que igualmente se atribuyeron las sepulturas de estos siete infantes, y fue desconocida por los historiadores que escribieron sobre ello.
Transcribimos al respecto lo que resume sobre estas dos atribuciones José Luis Senra Gabriel y Galán en su ensayo “La escultura románica y sus problemas de interpretación: el llamado sepulcro de Mudarra procedente del Monasterio de San Pedro de Arlanza” (Archivo español de arte, ISSN 0004-0428, Tomo 72, Nº 285, 1999, págs. 25-38).
Tradiciones de las sepulturas de los Infantes de Lara en La Cogolla y Arlanza
José Luis Senra Gabriel y Galán
Al menos desde el siglo XVI los monasterios de San Millán de la Cogolla y San Pedro de Arlanza pujaron por la pretensión de conservar la sepultura de los siete jóvenes asesinados (1). El apasionamiento llevó a que en [3 de diciembre de] 1600 el abad del monasterio riojano, fray Plácido de Alegría, procediera a la apertura notarial de los siete sarcófagos ubicados en el pórtico del primitivo asentamiento en Suso, a fin de certificar su autenticidad. La aparición de los cadáveres descabezados fue prueba que, poco tiempo después convenció tanto a Sandoval como a Yepes para sellar la contienda a favor de la Cogolla (2). Años antes, en diciembre de 1569, se habían encontrado en la iglesia parroquial de la villa de Salas «las cabeças de los siete Infantes dentro de vn arca de madera, cubiertas con vn lienço» (3).
Nota 1.- Ambrosio de Morales apostaba por la veracidad de la reivindicación de Suso: «Los cuerpos de los Infantes, recogidos por algunos leales caballeros, fueron llevados á Castilla, y enterrados en el Monesterio de San Pedro de Arlanza, donde los Monges muestran sus sepulturas, y lo mismo hacen los de San Millán de la Cogolla, donde parece mas verosímil fuesen llevados, por ser harto lejos de donde Ruy Velazquez, que tan fieramente los trató en vida les pudiese intentar alguna injuria en la sepultura» (Ambrosio de Morales: Crónica General de Espana. Madrid 1791, tomo VIII, p. 313).
En 1571 Esteban de Garibay señalaba que «los cuerpos d’estos siete infantes cobrados de poder de los Moros, refiere se, que fueron sepultados en el monesterio de Sant Pedro de Arlança, donde los monjes de aquella casa muestran su sepultura, pero los religiosos d’el monesterio de Sant Millian de la Cogolla tienen vnas antiguissimas sepulturas de piedra, en numero de nueue, cuyo assiento es en la claostra a la entrada de la yglesia, en la puerta que llaman de los condes, que es en el antiguo monesterio, donde affirman estar sepultados los siete infantes y su padre, Gonçalo Gustios, y su ayo Ñuño Sallido. Cierto que estas nueue sepulturas denotan grande antigüedad, pero no me determinaria a dezir, si están aqui, o en Arlança. Ay en estas cosas tanta confusion, que como adelante lo apuntaremos, muestran en Sant Pedro de Arlança la sepultura de Don Gonçalo Gustios, y de su muger Doña Sancha nasciendo, y estos negocios de querer los religiosos atribuyra sus casas auctoridad y antigüedad con las sepulturas de semejantes caualleros, que eran de la mayor estima y valor, que auia en Castilla» (Esteban de Garibay: Los XL libros del compendio historial de la chronicas y universal historia de todos los reynos de España. Amberes 1571, tomo I, p. 540).
Por su parte, Juan de Mariana se hacía eco de la polémica: «Sobre el lugar en que los siete hermanos fueron sepultados, hay contienda entre los monges de aquel monasterio y de San Millán de la Cogulla ¿que juez los podrá poner en paz?» (Juan de Mariana: Historia General de España (E. Chao, ed). Madrid 1849 (1601), tomo I, pp. 397-398).
Nota 2.- «Y assi a tres dias del mes de Diziembre del año 1600 ante el Alcalde del Valle, llamado Felices de Vreta, y escriuano Diego de Miranda, y muchos testigos, el padre fray Placido de Alegría, Abad de san Millán, mando abrir las dichas sepulturas, quitando de encima délias las grandes piedras que las cubrían: no se hallo mas de vna sola cabeza con su cuerpo en vna sepultura, y las demás sin cabeças: por donde queda llano y sin duda ser los siete Infantes, conforme a la tradición» (Prudencio de Sandoval: Primera parte de las fundaciones de los monasterios del glorioso Padre San Benito, que los reyes de España fundaron y dotaron, desde los tiempos del santo, hasta que los Moros entraron y destruyeron la tierra y de los santos y claros varones desta sagrada Religión que desde el año DXL que San Benito embio sus Monges, hasta el año DCCXIIII que fue la entrada de los Moros Africanos, han florecido en estos Monasterios.Madrid 1601, fol. 89. En adelante Fundaciones); Antonio de Yepes: Crónica General de la Orden de San Benito (ed. Fr. J. Pérez de Urbel). Madrid 1959 (1615), tomo I, pp. 81-82. A fines del XVIII Jovellanos veía a la entrada de la iglesia los sepulcros encalados «en forma de ocho grandes baúles» refiriendo: «veré si existe en el archivo algún apoyo de la tradición de ser ciertos» (Gaspar Melchor de Jovellanos: Obras (ed. M. Artola). Madrid 1956, tomo III, p. 278). En la actualidad se contemplan en el mismo lugar.
Nota 3.- Sandoval: Cinco Obispos, p. 354. Añadía que la propia madre de los infantes reposaba en el monasterio de Arlanza, omitiendo cualquier alusión a Mudarra (id., p. 364). Sobre Salas ver también, Sandoval: Fundaciones (1601), fol. 89, y Yepes: Crónica general de la orden de San Benito, I, p. 82. Este último señala 1597 como fecha de la inspección que dio como resultado el hallazgo. Todavía hoy se conserva en su iglesia de Santa María la arqueta en la que fueron depositadas una vez descubiertas.
0 comments