Soria en la Historia
San Juan del Duero antes fue iglesia dedicada al Santo Sepulcro de Jerusalén
En la bibliografía publicada en Soria creemos que no se ha consignado -si no nos equivocamos- la advocación de San Juan de Duero (del Duero, antaño) como iglesia del Santo Sepulcro (ni siquiera se menciona en la Enciclopedia del Románico dedicada a Soria ni en el último libro sobre la historia de Soria editado por el Ayuntamiento en 2015). Sí aparece reseñado, en cambio, en algunos ensayos ajenos editorialmente a Soria y, muy especialmente, en el capítulo noveno (pp. 776-792) de la tesis doctoral de Carlos Barquero Goñi “Los hospitalarios en Castilla y León (siglos XII y XIII)”, Madrid, 1995. No obstante parece ser que el primer investigador en hacerlo público fue Carlos Ayala Martínez: Orígenes de la Orden del Hospital en Castilla y León (1113-1157). Hispania sacra, Vol. 43, Nº 88, 1991. El documento se encuentra en Archivo de la Real Chancillería de Valladolid (pergaminos, carpeta 107,7) y puede consultarse en el Archivo Pares.
La fuente documental es una Copia imititativa de una carta de donación suscrita por Alfonso VII. El documento aparece fechado en 1122 en esta copia, “lo cual no se corresponde con los otros elementos de la intitulación y de la data”, aclara Barquero Goñi, quien estima correcto situarlo en 1152 “ya que fue el año en que Alfonso VII sitió Guadix como refiere la misma data”, y además el Emperador estuvo en Soria a finales de octubre. Y este es el documento que, fechado el 30 de octubre de 1152, en Soria otorga Alfonso VII el Emperador al Hospital de Jerusalén y a su iglesia del Santo Sepulcro sita en Soria una plaza próxima para su puebla, eximiendo a sus futuros pobladores de toda contribución a excepción de la correspondiente al señor del templo. La transcripción que Barquero Goñi incorpora en su ensayo “La repoblación hospitalaria en la Corona de Castilla (siglos XII-XVI)” es la que sigue:
Por tanto queda demostrado documentalmente que la denominación primigenia de este templo sanjuanista-hospitalario estaba dedicada al Santo Sepulcro de Jerusalén y no a San Juan Bautista: “facio cartam donationis et textum firmitatis Deo et Sancto Hospitali Iherusalem et ecclesie Sancti Sepulcri que in Sauria habet de illa plaza que est ultra civitatem Saurie in ripa fluvii de illa ponte Pedrina ad ipsam ecclesiam supra nominatam…“
Pero el texto aporta también otros datos de relevancia histórica local puesto que evidencia que todavía en 1152 -en junio se había casado en Soria el Emperador con la princesa Rica, hija del exiliado rey polaco Ladislao II- proseguía en Soria -extramuros en este caso- la puebla de terrenos sanjuanistas más allá del puente eximiendo a sus pobladores de pecho, homicidio, servicio militar y fonsadera (¡toda una carta puebla, por tanto!). Como destaca Carlos Barquero Goñi “al donar una plaza junto a Soria en beneficio de los freires sanjuanistas en 1152 de nuevo liberó a todos los futuros pobladores de pecho, homicidio, servicio militar y fonsadera“.
Alfonso VIII confirmaría a los Hospitalarios Sanjuanistas sus posesiones en Soria el 6 de junio de 1190. A este respecto comenta Ángela Madrid Medina: “… confirmó al monasterio de San Juan de Duero (Soria) todas las posesiones que en la ciudad tenía cuando se produjo el fallecimiento del prior Pedro Areis, entrelas que figura la casa del hospital de Soria. Pienso que en este caso podría referirse más a la Orden que a otra fundación hospitalaria. Aunque no creo que deba excluirse la posibilidad de que vinculado a este monasterio, como a otros, hubiera también una hospital o enfermería”.
Al otro lado del Duero hubo también posesiones de la Colegiata de San Pedro y de ¿los templarios? de San Polo, entre otros propietarios. Así se indica en este diploma de Sancho III de 1157 recogido por Loperráez en el que ratifica diversas concesiones dadas por su padre, Alfonso VII, al obispo de Osma en Soria:
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