Soria en la Historia
Soria en 1886 contaba con 5764 habitantes y 1166 viviendas.
Transcribimos algunas páginas del libro Guía del antiguo Reino de Castilla: provincias de Burgos, Santander, Logroño, Soria, Ávila y Segovia, publicada en 1886 y escrita por Emilio Valverde y Álvarez, complementándolo con un plano de la ciudad de Soria y una fotografía del mismo libro.
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Soria, capital de provincia, cabeza de partido judicial, audiencia de lo criminal, gobierno militar dependiente de la Capitanía general de Burgos, formando parte de la diócesis de Osma, con 5.764 habitantes y 1.166 viviendas.
Geografía y topografía
— Hállase cimentada la ciudad de Soria sobre un desigual collado, en la margen derecha del río Duero, resguardada en gran parte de todos los vientos al Norte por la altura de las Eras de Santa Bárbara, la llamada monte do las Animas, la sierra de Peñalba, la cumbre del Mirón y el elevado y áspero cerro del Castillo. Su caserío, de regular construcción, se halla distribuido en varias calles, limpias, cómodas y regularmente empedradas, teniendo soportales las principales.
Tiene seis plazas: la pequeña, de Fuente Cabrejas, que da acceso á cinco calles; la Mayor, cuadrilonga, en la que desemboca la del Collado y que tiene por la derecha de ésta la Casa troncal de los doce Linajes, a la izquierda la del Estado o de vigilancia y seguridad y al frente la Consistorial, con cárcel y pórticos, lo mismo que la primera de los Linajes; la del conde de Gómara, ocupada en su mayor parte por el gigantesco palacio de este título; la de Teatinos, en la que se encuentra la Escuela normal; la de San Esteban, animada y de agradable aspecto, a inmediación de cuatro calles y con una hermosa verja de hierro sobre un pretil de dos metros y medio de altura, situada al norte, y la de Herradores, espaciosa y alegre, en la que desembocan seis calles, muy concurrida, inmediata al paseo del Espolón, y que tiene entre sus edificios el palacio del marqués de Vilueña y la imponente Puerta del Portillo.
Beneficencia
— Cuenta esta población como establecimientos de beneficencia,con un hospital civil y militar regularmente montado y que posee suficientes rentas para su sostenimiento; una casa de expósitos, también en regular estado y con bastante dotación, figurando entre sus ingresos los productos del teatro; una sociedad de socorros mutuos contra incendios y dos pósitos para hacer préstamos á los labradores.
Instrucción pública
— Figura en primer término entre los establecimientos de este género, el Instituto provincial de 2a enseñanza, que reúne un claustro de catedráticos suficiente para desempeñar todas las clases del bachillerato, cátedras de latín, literatura, matemáticas, dibujo, geografía e historia, historia natural, física y química, gabinetes y biblioteca. La Escuela normal de maestros, posee todos los elementos necesarios para la enseñanza, y está a cargo de un director y varios profesores. Hay además varios colegios de 1a y 2a enseñanza.
Parroquias
— La principal parroquia de esta ciudad es la colegiata de San Pedro, situada a inmediaciones del río Duero y al este de la población; basílica de una sola nave, ancha y espaciosa, de gran solidez y de orden dórico, formada desde el arranque de la capilla mayor, con intercolumnios de seis columnas en sentido de su longitud y cuatro en el de latitud, soportando los arcos y cordones de las bóvedas, bastante planas y ornadas con dibujos y molduras. Por ambos costados se extienden las capillas laterales y ocupa el centro el coro, con buena sillería y órgano, existiendo en el trascoro un magnífico cuadro del Ticiano, representando el Descendimiento, y a la izquierda de la entrada del templo un buen sepulcro. El claustro es muy hermoso y tiene otros enterramientos muy curiosos.
La de San Nicolás no tiene nada de notable; es de gran solidez y de estilo gótico.
La de Santa María la Mayor, es también de gran solidez y de tosca construcción, compuesta de tres naves, de más elevación la central que las laterales, formando la bóveda un buen artesonado de madera, y siendo en el exterior su torre poco mas elevada que el resto del edificio.
La de San Juan tiene cuatro capillas, una sola nave, muy bien construida y bastante espaciosa.
La de San Clemente nada tiene digno de especial mención, formándola lo mismo que en la anterior una sola nave.
Por último, existen las del Salvador, de fundación de Fortún López; la de Santo Tomé, agregada al convento que fue de dominicos, y la de Santa María del Espino, con tres sólidas naves algo deterioradas.
Conventos
— Entre los suprimidos conventos de frailes figuran el de franciscanos, cuya iglesia está cerrada y lo restante del edificio convertido en hospital; el de dominicos, que, como hemos dicho, tiene su iglesia de Santo Tomé convertida en parroquia; el del Carmen, utilizado para escuela de párvulos; el de la Merced, cuya iglesia cerrada guarda los restos de Tirso de Molina; el de San Agustín, en bastante mal estado y con su iglesia cerrada al culto; el de religiosas Carmelitas, de fundación de Santa Teresa; el de Santa Clara, convertido en cuartel; el de las Concepcionistas, que ocupa una casa inmediata a la parroquia de San Clemente, y el antiguo de Jesuitas, que está habilitado en el día para cuartel de la guarnición.
Edificios notables
Además de los que hemos citado, son importantes: el Palacio del conde de Gómara, en la actualidad ocupado por el Gobierno civil, edificio de gran solidez, de orden dórico, con una elevada torre en su extremo oriental. Como a la cuarta parte de la altura de esta última, vése una cornisa que circuye toda una galería, con once intercolumnios ornados de escudos de armas qué sostienen arcos de medio punto, terminados en los pilastrones del segundo orden de balcones. Sobre dicha cornisa elévase otra galería con 23 intercolumnios, más bajos que los del primer cuerpo, con columnas de una sola, pieza y también con escudos de armas. La puerta principal se abre en el costado del mediodía, ornada por un intercolumnio con pedestales y cornisamento de delicado trabajo, adornándola dos escudos colocados en el centro y dos colosales maceros de piedra en ambos costados, elevándose sobre el conjunto una estatua de mujer. En el extremo oeste del edificio álzase un arco de mucha anchura y elevación, y en su interior se encierran bastantes bellezas artísticas, poseyendo una espaciosa caballeriza capaz para un centenar de caballos.
Es también muy notable el Palacio del marqués de Vilueña, situado, como hemos indicado ya, en la plaza de Herradores, por su severa arquitectura, gran solidez y esbeltas formas. Citaremos también la Puerta del Portillo, inmediata al paseo del Espolón, de imponente aspecto y regulares dimensiones.
Tiene también Soria un teatro, plaza de toros, los casinos de Numancia y de la Amistad.
Alrededores y paseos
— Más de la cuarta parte de la población hállase diseminada en el llamado arrabal, separado de las edificaciones del centro por un murallón que se extiende de norte a Sur y que sirve de cimiento y apoyo a muchas casas modernas, contándose en él tres entradas o comunicaciones llamadas Arco de Rabanera, del Postigo, con un buen reloj, y del Rosario. El cerro más inmediato a la ciudad, y que la domina casi por completo, conserva las ruinas de un antiguo castillo, demolido en la guerra de la Independencia, del cual arrancaba una fuerte muralla, de la que se conservan aún en el día algunos trozos al oeste y en las riberas del Duero.
Los paseos de invierno de esta capital son los llamados soportales, que existen en algunas calles y plazas. En el exterior hay otros deliciosísimos, figurando entre ellos el conocido con el nombre de Espolón, situado al oeste, con espacioso jardín central, rodeado de arbolado y con una verja; el que está colocado a la derecha de éste, más moderno y á espaldas de un paredón; el de la Dehesa, que es muy agradable; el de la carretera de Madrid hasta la Fuente de la Teja, con árboles por ambos costados; el de la orilla izquierda del río Duero, ameno y delicioso, que alegran en el verano y primavera sus fértiles praderas, y que se continúa, ya en dirección a la Venta de Valcorba, ya en el de la famosa ermita de San Saturio y el pintoresco de San Polo, orlado con abundantes huertas cubiertas de frutales y otros árboles.
Soria tiene en su término grandes curiosidades curiosidades artísticas e históricas. En él se encuentran, á menos de dos kilómetros el barrio de las Casas, ell despoblado de San Juan de Duero, con residuos de su iglesia y restos de un precioso claustro de gran riqueza arquitectónica, y la ermita, que hemos citado, de San Saturio, en la falda de la elevada sierra de Peñalba llegándose a ella por un alto pretil de medio kilómetro de longitud. La puerta de esta ermita ábrese al pie de un formidable peñasco, siguiéndose luego un camino subterráneo que conduce aá una escalera abierta a pico, por la que se sube a las habitaciones del santero, todas fabricadas horadando la dura roca. Tras una escalinata bastante pendiente, llégase a la iglesia, que se levanta al aire sobre la enorme mole peñascosa, con una sola nave en forma de paralelógramo octogonal, con cornisamento de orden dórico sostenido por columnas coronado por la bóveda con banquillo en derredor y un liternillo en la parte superior. En el interior de este templo se guarda una colección de pinturas, de bastante mérito, representando la vida penitenciaría del santo titular.
En el paseo del Mirón, se halla situada la ermita de este nombre, edificio de orden corintio, con nave en forma de cruz latina, que tiene en el centro delcuadrado y espacioso pórtico, colocado sobre un pretil, y en frente de la puerta del templo una elevada pirámide, con basa triangular, y en cada una de sus aristas también otras pirámides con intercolumnios, terminadas en un cuadrilongo picado en espiral, que es sostén de un pedestal soporte a su vez de una columna dórica, en cuya cúspide se ve la imagen de San Saturio.
En el paseo del Espolón levántase la ermita de la Soledad, que es un pequeño oratorio, y existen además las muy sencillas de San Lázaro y Santa
Bárbara.
El terreno que la vista alcanza desde la ciudad, participa de llano y montuoso, encontrándose en él la dehesa de Valonsadero, los montes de las Ánimas,
Peñaranda, Arenalejo, Mirón, Valhondo y Chaparral, bastantes minerales y carbón de piedra.
Báñale, como hemos dicho, el río Duero, sobre el cual cruza un hermoso puente de piedra, y también su afluente el Golmayo en otro sólido puente de piedra de tres arcos.
Industria y producciones
— La industria general de los habitantes de esta capital, es la agrícola. Figuran, no obstante, otras especiales, tales como la elaboración de sus celebradas mantequillas, varias alfarerías, molinos harineros, tenerías, tintes, una fábrica de cervezas y varias de chocolates, curtidos y lienzos. Su comercio principal es el del sobrante de sus productos, como ganados, lana y muy especialmente las maderas. En las producciones de su suelo sobresalen los cereales, legumbres, hortalizas, cera, miel, maderas de construcción y de carboneo, excelentes pastos y ganados de todas clases.
Fondas
— Entre sus fondas y hospedajes la más importante es la de D. José Monteagudo.
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