Ganado en Soria

Importancia trashumante de Soria y su Tierra según Máximo Diago Hernando

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Las investigaciones del soriano Máximo Diago Hernando son esenciales para conocer numerosos aspectos vinculados a la trashumancia soriana, especialmente en el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna, esto es, entre los siglos XV y XVI, época que corresponde artísticamente con el establecimiento y desarrollo del arte renacentista en la Universidad de la Tierra de Soria y en la ciudad.  En este post  hemos tenido cuidado en seleccionar algunos párrafos, averiguaciones y conclusiones que nos van a aportar un conocimiento básico de la gran importancia que supuso la trashumancia para la ciudad de Soria y su Tierra, por cuyo territorio transitaban medio millón de merinas por su red viaria pecuaria en las idas y venidas de la trashumancia, según Enrique Díez Sanz. Acompañamos en artículo con fotografías de ganado trashumante soriano, tomadas en junio de 2014 en Oncala.

Soria y su Tierra en mapa de Comunidades de Villa y Tierra

Soria y su Tierra en mapa de Comunidades de Villa y Tierra

Comencemos con su ensayo “Ganadería estante, trasterminante y trashumante en la Tierra de Soria en los siglos XVI y XVII”.

La Tierra de Soria, “ámbito jurisdiccional sometido hasta el fin del Antiguo Régimen a la ciudad del mismo nombre”, destaca por haber albergado hasta comienzos del siglo XIX una muy numerosa cabaña de ganado trashumante, de las principales del reino por sus dimensiones y calidad de sus lanas”. La Tierra de Soria “abarcaba un extenso territorio en el que coexistían comarcas de montaña donde abundaban los espacios baldíos aptos para el aprovechamiento pastoril en los meses de verano, con otras dedicadas prioritariamente al cultivo del cereal”. En la Tierra de Soria se daba un singular régimen de comunidad universal de pastos que permitía a los vecinos de la ciudad y del conjunto de las aldeas llevar a pastar sus rebaños a cualquier lugar de la jurisdicción, cuando sus términos estaban abiertos para el aprovechamiento comunal”. Ello explica, por ejemplo, que ganaderos vecinos de la ciudad de Soria con rebaños que sumaban entre todos habitualmente las 60.000 cabezas, pudieran alimentar a tantas reses aprovechando la abundancia de pastos mancomunados pues el término estricto de la ciudad era harto insuficiente. Y esta mancomunidad de pastos explica por qué grandes ganaderos mesteños de la Tierra de Yanguas, por ejemplo, terminaron por avecindarse en la ciudad de Soria (sobresaliendo la familia de los Ríos).

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Este espacio territorial “fue uno de los pioneros del conjunto de la Corona de Castilla en la elección del régimen de trashumancia de largas distancias para la cría de ganado ovino a gran escala. Y a partir del siglo XV alimentó un importante flujo de exportación de lanas finas, procedentes del esquileo del ganado trashumante, que se mantuvo vigoroso, aunque con altibajos, hasta comienzos del siglo XIX, contribuyendo de forma decisiva en la dinamización de la vida económica de la ciudad de Soria y de sus comarcas serranas”.

En 1592 había una treintena escasa de lugares en la Tierra de Soria con merinas trashumantes, mientras que en todos sus 150 lugares había ovino estante churro, destacando Vinuesa, Gallinero, Castilfrío de la Sierra, La Póveda, Arguijo… En 1592 en la ciudad de Soria doce vecinos poseían entre todos un mínimo de 52.000 merinas trashumantes, destacando Francisco López de Río I, alférez de la ciudad, que declaró tener 11.621 ovejas, 2.050 carneros, 365 moruecos y 200 cabras y cabrones.  A su vez, el regidor Antón López de Río, disponía de 7.000 ovejas.

Mas este censo ganadero de 1592 aportacifras anormalmente bajas en comparación con otras relativas a momentos anteriores del siglo XVI, que nos informan sobre el tamaño de las cabañas de determinados grandes señores, o el volumen de sus ventas de lanas”. Así lo evidencia, por ejemplo, que el citado alférez, registrara en 1568 ante el escribano de la aduana de Soria, 18.200 cabezas de ganado ovino mayor, 5.000 corderos y 350 cabras y chotos,“cantidades muy por encima de las declaradas en 1592”.

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En el ensayo “Grandes y pequeños ganaderos trashumantes den las sierras sorianas”, y merced a las referencias realizadas de ventas de lanas (“se necesitaban 6 ovejas o 5 carneros para reunir una arroba de lana”) recogidas en los protocolos notariales del Archivo Histórico Provincial de Soria, Máximo Diago nos aporta la lista de lugares de la Universidad de la Tierra de Soria con ganado trashumante: “Vinuesa, Derroñadas, La Póveda, Barriomartín, Gallinero, Cuellar, Estepa de San Juan, Los Villares, Almajano, Paredesroyas, Velilla, Cabreras del Campo, Bliecos, Sotillo, Buitrago, Castilfrío, La Losilla y otras aldeas de la Tierra de Soria”.

Señala igualmente que “desde el propio comienzo del reinado de los Reyes Católicos fueron unos pocos individuos –pertenecientes, entre otras, a las conocidas familias ganaderas de Ríos, Castejones, Vinuesa, Neilas y Calderones [las tres primeros enlazaron por matrimonios]- los que monopolizaron las gestiones de arrendamiento de las dehesas de La Serena de la mesa maestra del Alcántara, que fueron las preferidas de los ganaderos sorianos”. La Serena es una comarca situada al noreste de la provincia de Badajoz que viene enmarcada al norte por el río Guadiana en la que el clan-familia de los Ríos ocuparon puestos preferentes en la política de arriendos y gestión mesteña de la misma desde el último terció del siglo XIV como auténticos magnates ganaderos durante al menos siglo y medio. Sirva de dato el siguiente: Alonso del Río arrendó La Serena en 1598 para 23.912 reses y Antonio López del Río, señor de Almenar, lo hizo para 24.350 cabezas.

¿De qué obtenían sus ingresos los ganaderos de ovino trashumante?.  Según unas cuentas consultadas por Diego Hernando, preferentemente y por ese orden de relevancia, los ingresos provenían de la venta de lanas finas, añinos, quesos, pieles de ovejas muertas, ovejas viejas vendidas para carne y corderos. Ahora bien en tales cuentas no se hace mención a los carneros,  “y sin embargo los protocolos notariales y otras fuentes documentales demuestran que su comercio movía grandes cantidades de dinero, proporcionando elevadísimos ingresos a algunos grandes ganaderos, que garantizaban el aprovisionamiento no sólo de las carnicerías de Soria, sino también de las muchas otras ciudades del entorno, tanto del reino de Castilla como de los de Aragón, Navarra y Valencia”.

La lana fina que originaba la trashumancia de los rebaños de merinas era ansiosamente requerida por la industria textil europea, y la lana –que se esquilaba en los agostaderos-, se exportaba de múltiples modos fundamentalmente a Flandes, Normandía y Bretaña (Francia) y Florencia (Italia). “La primacía indiscutible entre estas fuentes de ingresos –añade Diago Hernando- la tenía sin duda la venta de lanas, que representó sin ninguna duda el principal vínculo entre la actividad económica soriana y el mundo del gran comercio internacional y las altas finanzas desde el siglo XV hasta principios del XIX”.

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La lana merina trashumante más ensalzada era la leonesa-segoviana, seguida de la soriana, nos dice Máximo Diago en “El mercado lanero en la región soriana durante los siglos XVI y XVII”, donde igualmente leemos: “Entre los siglos XV y XIX la lana no fue sólo el producto que más contribuyó a engrosar el capítulo de las exportaciones de la Corona de Castilla, sino que también alimentó unas vigorosas corrientes mercantiles en el interior del reino dado que era la principal materia prima para una industria textil que no estuvo tan subdesarrollada como se ha venido sosteniendo por muchos autores”. Esta industria textil interior, que abundó en la ciudad de Soria y su Tierra, y en toda la provincia, elaboraba sus productos fundamentalmente con lana de ovejas churras, que eran estantes y transterminantes, y en los siglos XVI y XVII se exportaron “cantidades importantes hacia los talleres pañeros de las villas de los Cameros”.

Lavaderos antiguos de lana y castillo de Soria en plano de 1899

Lavaderos antiguos de lana y castillo de Soria en plano de 1899

Bibliografía de Máximo Diago Hernando consultada

– El mercado lanero en la región soriana durante los siglo XVI y XVII: tipología y destino de las lanas, Celtiberia, Año nº 51, Nº 96, 2002, págs. 47-88.
– Ganadería estante, trasterminante y trashumante en la Tierra de Soria en los siglos XVI y XVII, Celtiberia, Nº 102, 2008, págs. 85-140
– Grandes y pequeños ganaderos trashumantes en las sierras sorianas en el tránsito de la Edad Media a la Moderna, Revista de Historia Económica – Journal of Iberian and Latin American Economic History, nº 2, 1994, págs. 343-364.

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