Alfonso I rey de Soria

Los dos primeros tenentes de Soria, Íñigo y Fortún López, en la revista Berceo

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El historiador navarro Serafín Olcoz Yanguas es el autor del ensayo “Íñigo y Fortún López: los dos primeros tenentes de Soria, durante el reinado de Alfonso I de Aragón y Pamplona” publicado este mes en la revista científica Berceo, nº 174, págs. 269-292. Ensayo en el que, como se lee en su resumen, a partir de la revisión de la reconquista de los valles del Alhama y del Queiles, así como de la puebla de Soria, tras la reconquista de Zaragoza y Tudela, “se analiza e interpreta la información existente en la documentación que se ha conservado acerca de los primeros tenentes de Soria, Iñigo y Fortún López, de su posible relación de hermandad y de sus relaciones familiares con otros linajes nobiliarios del reino de Aragón y Pamplona”.

Labor que lleva a cabo con profundidad y que refuerza además con 128 notas bibliográficas partiendo de la base de que, para este investigador, resulta evidente “la necesidad de revisar las fuentes documentales en las que se basa el conocimiento actual de la expansión del reino de Aragón y Pamplona por la extremadura soriana, a principios del siglo XII, así como el de la consiguiente creación, en esta zona, de una frontera común entre los reinos de Castilla, Navarra y Aragón. De ahí que nos hayamos decidido a revisar la información conocida acerca del primer tenente de Soria, bajo el reinado de Alfonso Sánchez I, y cómo se ha venido interpretando la información relacionada con él, para desarrollar un discurso histórico que, hasta ahora, resulta ser a todas luces erróneo”.

El índice es el siguiente:

Introducción
1.- La reconquista del valle del Alhama, la fundación y el fuero de Soria
2.- Íñigo López, primer tenente de Soria
3.- Íñígo López, mayordomo de Alfonso Sánchez I
4.- García Íñiguez, el inexistente segundo tenente de Soria
5.- Fortún López, segundo tenente de Soria
6.- Íñigo López, Fortún López y su posible relación familiar
Conclusiones

Algunas de sus conclusiones

Tras la rendición de Zaragoza (28 de diciembre de 1118) y la de Tudela (25 de febrero de 1119) considera Serafín Olcoz que El Batallador se adentra por el Valle del Alhama hasta Soria “y regresa por el Valle del Queiles, sitiando y conquistando Tarazona antes de finalizar el año 1119 o incluso poco antes de marzo de 1120″.

Afirma que “hay constancia de que el primer tenente de Soria participó en el asedio de Tarazona, y consta que la repoblación de Soria, o quizá su fundación, acaeció en 1119. Por lo que ésta tuvo que ser posterior a la reconquista de Tudela y previa al final del asedio turasionense”.

Estima que el nombramiento de Íñigo López -mayordomo del Batallador- como primer tenente de Soria tuvo que efectuarse “después de la rendición de Tudela, en febrero de 1119, y antes de diciembre de este año o incluso de poco antes de marzo de 1120”. Su desaparición en la documentación conservada, a partir del 29 de septiembre de 1125, la justifica por haber formado parte de la expedición del Batallador hacia Granada y su posible fallecimiento durante esta campaña.

En cuanto a Fortún López -tras desestimar dos documentos como falsificaciones fechados en febrero de 1125- considera que la primera mención válida como tenente se Soria data de febrero de 1127 y fecha en julio de 1134, durante el asedio de Fraga, su última referencia documental en vida del Batallador.

Serafín Olcoz, que expurga toda la documentación conocida sobre ambos personajes cribando lo que estima son documentos falsificados de los válidos, deduce que estos dos primeros tenentes de Soria, de origen navarro, bien pudieran ser hermanos siendo sus esposas respectivas María y Sancha de Lehet, por lo que estaríamos “ante el caso de dos hermanos casados con dos hermanas; lo que facilitaría la explicación del tránsito de la tenencia de Soria entre estos dos posibles hermanos”.

El padre de Fortún López sería, según su investigación, Lope López de Mendoza, hermano de Íñigo López de Mendoza, señor de Llodio (Álava) y del conde Pedro López. Igualmente indica que la esposa de Íñigo López, María de Lehet, se casó posteriormente con Lope Íñiguez, tenente de Borobia y de Alfaro (así como, puntualmente, de Calahorra).

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