Gótico en Soria
Origen heráldico del blasonado combate león-dragón en Santa Clara de Soria
Entre los ocho escudos antiguos existentes hoy día en el interior de la iglesia gótica del antiguo convento de Santa Clara hay que destacar los cuatro en los que existe, en uno de sus cuarteles, una escena dracoleonina que, hasta el momento, no hemos hallado en ningún otro enclave de la ciudad de Soria y su provincia, incluyendo Almenar y Gómara, villas en las que el linaje de los Río, ligado a los Salcedo (antaño Salazares), tuvo una especial presencia histórica como señores y condes respectivamente.
La única referencia bibliográfica y fotográfica que hemos encontrado se encuentra en el libro “Escudos heráldicos de la provincia de Soria” escrito por Santiago Caballero Rejas y publicado por la Diputación provincial en 2011, donde aparecen únicamente datos y fotografías dos de estos cuatro escudos. El del lado del Evangelio lo describe así: “Situado en una de las que en tiempos fuera capilla, en el lado derecho del arco de entrada. Labrado en piedra arenisca… Descripción heráldica: Sobre el todo, tres órdenes de veros sumadas de un león luchando con un dragón”.
Un escudo parecido se encuentra justo enfrente, en el arcosolio del lado de la Epístola, no citado por Caballero Rejas y que muestra estilemas distintos en el bajorrelieve dracoleonino.
Encima del arco de lateral del Evangelio, que seguramente fue un arcosolio en su origen, hay unos grutescos platerescos rematados por otro escudo dracoleoniano que Caballero Rejas describe de esta forma: “Escudo cortado y medio partido. En el primero, un león que lucha con un dragón. En lo partido, primero, tres lises mal ordenadas; segundo, cuatro fajas en ondas.”
Hay que añadir la existencia de un cuarto escudo, en el arranque de las bóvedas cerca de donde estuvo el coro, que tiene los mismos motivos iconológicos que el anterior aunque, en este caso, se resaltan las ondas de los Río (y ondas, que no veros, consideramos igualmente al primero de los escudos reseñados por Caballero Rejas). Los tres lises también forman parte de la Casa Río, como podemos constatar en otros escudos en la misma ciudad de Soria (ermita de la Soledad, Palacio sede del Archivo Histórico Provincial, Palacio de los Condes de Gómara y retablo que fue el mayor de Santa Clara y hoy día en la concatedral de San Pedro).
Origen heráldico dracoleonino de Santa Clara de Soria
Por nuestra parte, si en el artículo anterior postulamos que el escudo de las trece estrellas hace referencia al linaje Salazar de los Salcedo, señores de Aldealseñor (tan próximo a Soria ciudad) ligándolo específicamente en este caso a Catalina Salcedo, la esposa de Antón de Río el Viejo-el Rico, matrimonio al que consideramos patronos fundadores de esta iglesia gótica, en este artículo vinculamos los cuatro escudos dracoleoninos citados a este matrimonio en concreto. Lises y ondas de río son de los Río, así que la imagen dracoleonina tiene que corresponder a la esposa de Antón de Río el Viejo-el Rico, esto es, a Catalina Salcedo, hija de Rodrigo López de Salcedo (de los Salazares), y la agredeña Catalina Gutiérrez de Camargo. Rodrigo López de Salcedo, además de ser el “domine” de Aldealseñor y alcaide de Cervera de Aguilar, fue uno de los ganaderos trashumantes más importantes de la Cabaña soriana y se avecindó en Soria a partir de 1509.
En el artículo anterior –Las armas de los Salazar-Salcedo en Santa Clara de Soria– vimos cómo el primer Lope García de Salazar obtenía la gracia regia de incorporar las trece estrellas a sus armas tras vencer a un moro que había retado a los cristianos a campo abierto y que portaba en su vestimenta tal blasón.
Confesamos que la “pista” para poder interpretar heráldicamente el motivo dracoleoniano de estos cuatro escudos de Santa Clara se lo debemos a José Ignacio Esteban Jauregui, investigador concienzudo, autor de la serie HistSoria Archivada en ese portal tan sorianista y de tanto valor cultural como es el de las hermanas Goig Soler. J.I. Esteban Jauregui me advirtió de algunos errores -ya corregidos- en mi artículo Dragón y león en escudos de Santa Clara de Soria, y me transcribió parte de un párrafo de la tesis doctoral Estudio comparativo de las características de la Heráldica Gentilicia Española (Luis Valero de Bernabé, 2007).
He aquí la trascripción que me remitió por email J.I. Esteban Jauregui: “… el dragón fue considerado por la simbología cristiana como representación de las fuerzas paganas que se enfrentaban a los cristianos. Al león y al águila, característicos de los caballeros cristianos, se opuso del dragón, característico de los sarracenos, perdiendo así para el Occidente el carácter tutelar y benéfico que tenía para los orientales y convirtiéndose en la personificación de las fuerzas del mal a las que el caballero cristiano ha de enfrentarse valientemente, según se divulgaba en los libros de caballerías”.
Indagando he visto otra referencia escrita por Luis Valero de Bernabé y Martín de Eugenio en la tesis doctoral “Análisis de las características generales de la heráldica gentilicis española...”,). Tras indicar que el motivo heráldico del dragón lo trajeron a Occidente los cruzados, indican: “…el dragón fue considerado por la simbología cristiana como representación de las fuerzas paganas que se enfrentaban a los cristianos.Al león y al águila, característicos de los caballeros cristianos, se opuso del dragón, característico de los sarracenos, perdiendo así para el Occidente el carácter tutelar y benéfico que tenía para los orientales y convirtiéndose en la personificación de las fuerzas del mal a las que el caballero cristiano ha de enfrentarse valientemente, según se divulgaba en los libros de caballerías, lo que se manifestabaen aquellos escudos en donde se mostraba el dragón vencido representado por su cabeza cortada por el bravo caballero que le había vencido”.
Estas consideraciones heráldicas esclarecen, en mi opinión, el origen heráldico del motivo dracoleonino de Santa Clara. Podría decirse que el primer Lope García de Salazar -antepasado de los Salcedo de Aldealseñor- si bien escogió las trece estrellas para su armas nobiliarias al vencer al moro retador, podría haber plasmado heráldicamente tal victoria con el emblema del león (él) luchando contra el dragón (el moro al que decapitó), pero no lo hizo, que sepamos.
Ahora bien, resulta que Rodrigo López de Salcedo, padre de Catalina de Salcedo, esposa de Antón de Río el Viejo-el Rico (matrimonio patrocinador-fundador de la iglesia gótica de Santa Clara, en nuestra tesis), pasó por un percance similar puesto que combatió y venció a otro moro retador en campo abierto durante la conquista del reino granadino. Por tanto, el motivo dracoleoniano de los cuatro escudos citados de Santa Clara, deben corresponder a él y su inmediata descendiente, Catalina de Salcedo, lo asumió e hizo ostentación de ello en Santa Clara, como igualmente lo hizo con las otras armas de su linaje salazariano, las trece estrellas, también emblema de esa victoria de la cristiandad frente al islam realizada por su antepasado Lope García de Salazar.
El relato sobre la hazaña “dracoleoniana” de Rodrigo Rodrigo López de Salcedo se narra en el libro Origen y descendencia de la Casa de la Torre de Aldea del Señor, junto a la ciudad de Soria, y de la Casa de los Salcedos de la villa de Ólvega, cuyo apellido es Salcedo (Joseph Fort, Zaragoza, 1750), donde también se describe el combate de su antepasado Lope García de Salazar.
Transcribo, por tanto:
“Rodrigo López de Salcedo, alcaide de Cervera y vigésimo primo descendiente de Don Galindo de Salazar, y cuarto de los que fueron Señores de la casa de Aldea el Señor. Fue el hijo mayor de Íñigo López de Salcedo… Y así cuando sucedió a su padre, que fue en el año de mil y cuatrocientos y ochenta, ya era uno de los valerosos hombres que hubo en su tiempo, y por su valor le estaba encomendada la alcaidía de la villa de Cervera de Aguilar… y entre otras cosas se tiene por muy cierto que , a escala vista, con solos los suyos ganó el castillo de Lerín, en Navarra. Y por ello se pusieron por orla en sus asmas las escaleras. Con su valor y prudencia fue muy estimado en toda aquella tierra, y así casó con una señora muy principal, que se llamó Catalina Gutiérrez de Camargo, hermana de Juan de Camargo el gordo, vecino y natural de la villa de Ágreda.
Y habiendo conocido su valor la Reina Católica Doña Isabel, le mandó fuese a la guerra y conquista del Reino de Granada, donde hizo hechos muy heroicos, y se aventajó mucho, tanto que, viéndose de hacer campo con un moro muy orgulloso, que lo vino a pedir, fue el alcaide Rodrigo López de Salcedo escogido entre muchos para que hiciese campo con el moro, el cual se hubo tan valerosamente, que le mató, y así por esto, como por sus muchos servicios, le hizo merced la Reina Católica que escogiese cual quería más, la mitad de las alcabala de la ciudad de Soria o de cuarenta fanegas de pan de renta, y diez corderos en cada año, sobre las tercias de Narros, aldea de Soria, y debían de valer tan poco las alcabalas en aquel tiempo que escogió las cuarenta fanegas de pan y diez corderos, de que se le libró Privilegio por el rey Don Fernando y la Reina Doña Isabel, el año de mil y quinientos y cinco, como consta en su testamento, habiendo muerto un año antes su mujer Catalina Gutiérrez de Camargo…”
Autor del artículo: Ángel Almazán
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