Románico de Soria

San Juan de Duero en 1884

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Transcribimos a continuación el artículo publicado en la portada del periodico madrileño “El Sol” el 7 de febrero de 1884. Se desconoce el autor ya que no va firmado.

Uno de los monumentos que más llaman la atención del viajero que visita la provincia de Soria -y cuidado que existen muchos y muy notables

monumentos en esta provincia- es el templo de San Juan de Duero, situado a la margen izquierda del río cuyo nombre toma.

Difícil es averiguar la historia de este templo, pues apenas se encuentra noticia alguna de él en libros ni documentos. Mosquera se limita a nombrarlo y Tutor añade que es muy antiguo. Se cree que haya sido fundación de la orden de San Juan de Jerusalem pues lo que del templo existe perteneció a la encomienda de dicha orden.

Dejaremos, por lo tanto, a un lado la parte histórica y nos concretaremos a describir el monumento.

Al primer golpe de vista se advierte que debió ser magnífico este templo en los tiempos en que estaba consagrado al culto, pues aún hoy, desmantelado el interior, reducido a ruinas y escombros la mitas del atrio, destinado el primero a establo y a huerta el último, aún hoy queda suspenso el ánimo ante la perspectiva que las ruinas ofrecen.

La disposición general del edificio corresponde al tipo de basílicas primitivas; compónese de una sola nave en figura de trapecio, un coro casi cuadrado y un ábside semicircular con un atrio de gran extensión y de figura irregular.

Los muros son de mampostería ordinaria. Las cornisas, jambas, dinteles, arcos, son todos de sillería, de arenisca fuerte y fácil de labrar, sacada de las canteras de Valonsadero. Del mismo material es la bóveda apuntada del coro y el cascarón del ábside. La techumbre de la nave es de madera.

Penetrando en el interior del templo, una de las cosas que más sorprenden, son las dos capillas laterales que terminan la nave y estrechan la entrada del coro, cuya escalinata se adelanta hasta el paramento. La planta de estas capillas es cuadrada y ambas tienen la entrada por dos lados, sostenidos por arcos de medio punto, que en cada ángulo se apoyan en un haz de cuatro columnas. Los capiteles están llenos de figuras de bajo relieve que representan asuntos fantásticos y simbólicos.

Del altar principal y de la escalinata que debió existir entre el coro y el ábside no se conserva vestigio alguno. Tampoco queda resto del pavimento, ni de los bancos que debían correr a lo largo del santuario, como se ven aún a lo largo del coro. En el ábside se conserva parte de la pintura negra con que estuvo adornado su paramento.

En el muro septentrional de la nave se ve un sepulcro del cual no queda más que la losa de tapa con la estatua de un abad.

El templo es muy notable pero lo es aún más, bajo cualquier punto de vista, el atrio.

Cuatro arcadas forman la galería que le rodea, dispuestas de manera que cada cual ocupa las dos mitades contiguas de los dos lados. Una de estas mitades, la occidental de la galería del norte, ha desaparecido completamente.

Tanto en la planta como en la perspectiva se observa el gran número de vanos o aberturas que tiene el muro del atrio. En él se encuentra la puerta occidental que es la principal del edificio.

Esta ligera descripción del edificio puede dar idea del monumento y del carácter de cada una de sus partes. Su planta, su orientación, sus formas generales y de decoración no dejan duda de que el género de arquitectura a que pertenece es el llamado románico, romano bizantino o romanesco, que floreció desde principios del siglo XI hasta fines del XII y principios del XIII en las Castillas.

El estado en que se encuentra este monumento es por todo extremos lastimoso. No es solamente por el abandono en que están las ruinas, sino porque el cultivo de la tierra del patio hace subir el nivel del suelo hasta el punto de que hoy están ya cubiertas todas las basas, y antes de mucho tiempo apenas quedará vestigio de una de las joyas de más valor que se conservan en la provincia de Soria.

No nostomaremos el trabajo de llamar la atención sobre este abandono, porque estamos convencidos de que todo lo que se diga acerca de este punto es predicar en desierto.

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